Los hermanos Vega acaban de estrenar su tercera película en
el 23 Festival de Cine de Lima. Un filme que cierra la trilogía sobre
relaciones familiares, conformado por Octubre,
El mudo y La bronca.
La película filmada en Canadá sorprende por el buen uso del
lenguaje cinematográfico, con actuaciones admirables, buena fotografía, y un guion
con brotes literarios que se apoya en simbolismos significativos desde el
arranque de la cinta.
Daniel y Diego Vega han logrado construir a pesar de las
limitaciones económicas, una obra de arte donde los conflictos familiares se
sacuden a miles de kilómetros del Perú. La violencia del terrorismo está presente
como un fantasma, es un subtexto que recorre de forma subterránea cada escena
del filme.
El miedo, la angustia, el dolor y la traición, son el
condimento metafísico que nos permite respirar la miseria humana de las
relaciones familiares. La sutil dirección de los hermanos Vega, nos embosca para
sentir el “dolor reflejo” del Perú a inicios de los años noventa.
Por tercera vez, el talento de los hermanos Vega, nos muestra
una parte de nuestra historia y cultura, una historia llena de sangre, dolor y lágrimas,
donde millones de peruanos tuvieron que huir del terrorismo en el Perú.
Jorge Guerra, Rodrigo Palacios y Rodrigo Sánchez Patiño, han logrado con sus interpretaciones construir
personajes que contagian fuertes emociones y que arrastran taras sociales, espíritu
punk y prejuicios de la época.
La bronca, es un filme con título coloquial de gran factura que por méritos propios puede convertirse en la mejor película peruana del año.