“…Hasta la última mesa, hasta el último voto…” PPK no pudo haber escogido una mejor frase, emociona, motiva, es potente, envalentona y te llena de coraje. Es como ver a Francisco Bolognesi en un momento decisivo, con el corazón en la mano, diciendo a sus valientes guerreros: Hasta quemar el último cartucho. Es imaginarse a Abelardo Quiñones apuntando con su avión directamente al adversario, entregando el alma con convicción, sin temor a nada. Es sentir el amor de Miguel Grau por su Perú generoso.
El sentido de pertenencia es automático e inmediato. La batalla contra la dictadura se está ganando y pelearemos hasta el final, hemos demostrado que sabemos hacerlo en momentos cruciales como este, sin bajar los brazos, sin perder el aliento, porque cuando el Perú está en riesgo, los peruanos sabemos unirnos como un sólido puño, férreo e impenetrable y defender con uñas y dientes lo que nos pertenece, un país libre y democrático; donde nadie se atreva a callarnos, donde nuestros hijos crezcan con la esperanza de tener un mejor futuro.
La dictadura de los 90 aún duele, la herida aún sangra. Pero hemos aprendido la lección, no hay odio ni rencor, lo que hay es sentido común, amor propio y nadie volverá a violentar lo nuestro, nadie volverá a dañar esta patria, ya no, nunca más, porque cuando se trata del Perú, cuando alguien tiene la osadía de querer tocarlo, todos nos convertimos en héroes y lo defendemos a muerte.
Nuestras armas son nuestros votos y cada uno será una piedra que construirá la gran muralla y cerrará las fronteras para no dejar pasar al gobierno tirano, ya vencimos al fujimorismo más de una vez y este domingo lo volveremos a hacer, dejaremos nuestros nombres y firmas para la historia peruana, diremos con orgullo: con mi voto defendí la democracia, porque con las horas nos hemos ido multiplicando en millones de héroes que estamos listos para la batalla final, de Tumbes a Tacna, se escuchará, ¡Fujimori nunca más!