Opinión

Kinra, de Marco Panatonic (2023)

Lee la columna de Mario Castro Cobos

Published

on

¿El problema del cine cuál era? Según Godard: dónde y por qué comenzar un plano y dónde y por qué terminarlo. Nadie cree por supuesto que este sea literalmente el único problema, pero se entiende la magnitud del énfasis de la idea en la frase. Y en Kinra, me parece, se trata de reflejar un tiempo, si se quiere ‘mítico’, a la vez que muy ‘real’. Las dos cosas, a la vez, no solo una. Detente; necesitas tiempo; y recuerda, el tiempo es un ‘todo’.

Para Tarkovski ‘la’ o su película ideal debería estar hecha en un solo plano: si para mí lo más importante es el tiempo mismo, no ‘lo que pasa’ en un sentido muy restringido de culto o subordinación y sometimiento a una cierta noción muy occidental de ‘acción’ debo reconstituir la experiencia del tiempo, la unidad del tiempo. En todas sus capas heterogéneas posibles. Que no se manifiestan, necesariamente, ‘tan rápido’. Todo muy obvio. Igual los de siempre no entenderán o no les conviene.

El nosotros es muy fuerte. Para qué subrayarlo si lo invade todo. La unión de las personas que vemos en tantas escenas está ahí. Una suerte de evidencia, de autenticidad en las presencias. Como alguien diría: en Dostoievski vemos porque oímos (y en Tolstoi oímos porque vemos, si quieren la otra mitad de la frase) y eso está de manera poderosa: con frecuencia, o no los vemos, o los vemos de espaldas, no vemos sus rostros, o no totalmente, nos familiarizarnos con su fisonomía interior, con sus voces, con esa suerte de secreción físico-espiritual que son las palabras que brotan.

A contracorriente de la estupidez dominante el protagonista sabe, así como el director (cosa que no le va a enseñar ningún ingeniero) que hay ‘otro origen’, otro principio, tanto para la vida, que solo puede darse en el seno de esa vibración profunda y armónica de la comunidad, como para el cine, que solo puede darse en virtud de un núcleo no-conformista: el de quienes buscan algún tipo de ‘verdad’ y no solo acomodarse. Vuelves a la madre (viva y muerta), a la tierra, a ambas que son una: a la Madre Tierra; es decir: al origen, la razón y al sentido primero y último de que estés vivo.

Críticas relacionadas:

La piel más temida, de Joel Calero (2023)

Yana-Wara, de Tito y Óscar Catacora (2023)

Willaq Pirka, u otro capítulo más de la serie de ‘El indio permitido’

Manco Cápac, de Henry Vallejo (2020)

‘El indio permitido’ o a propósito de Manco Cápac y Wiñaypacha

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version