Política
Kelly Portalatino: una renuncia fugaz y un regreso con interrogantes
El sorpresivo regreso de Kelly Portalatino a Perú Libre, apenas días después de su renuncia, revela no solo una falta de coherencia política, sino también la borrosidad con la que se toman decisiones en el entorno del partido del prófugo Vladimir Cerrón. ¿Reflexión honesta o cálculo estratégico?
La congresista Kelly Portalatino protagonizó un sorpresivo giro político al anunciar, en menos de diez días, su renuncia y posterior retorno a la bancada de Perú Libre, el partido que la llevó al Congreso. Aunque en su carta de dimisión, dirigida al vocero Flavio Cruz, alegó “motivos estrictamente personales”, su rápida reincorporación plantea dudas sobre los verdaderos motivos detrás de ambas decisiones.
El anuncio de su retorno lo realizó el martes 22 de julio a través de su cuenta en la red social X, donde aseguró que, tras una “reflexión honesta”, había reconsiderado su renuncia. “Las convicciones profundas no se abandonan por temas personales”, escribió, afirmando que su salida fue “precipitada” y que no se apartará del camino recorrido junto a la población.
Sin embargo, este brusco cambio de postura no pasó desapercibido. La parlamentaria descartó que su regreso esté motivado por intereses personales y aseguró que lo hace porque el pueblo “necesita organización, lucha y esperanza”. A pesar de los rumores, también negó cualquier conflicto con el líder del partido, Vladimir Cerrón, prófugo de la justicia, a quien incluso etiquetó en su publicación.
La sincronía entre su renuncia y la transmisión en vivo realizada por Cerrón, poco antes del anuncio de Portalatino, no ha dejado de llamar la atención. ¿Fue realmente una decisión personal o respondió a presiones internas dentro del partido? Aún más llamativo fue el respaldo que la congresista expresó, tras su retorno, a la candidatura de Waldemar Cerrón para la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso para el periodo 2025-2026.
Portalatino agradeció la “tolerancia” del partido del lápiz frente a su decisión y afirmó: “No me voy a retirar del partido, me mantengo como militante”. Pero su repentino vaivén ha puesto en entredicho la consistencia de sus decisiones políticas y la transparencia de sus motivaciones.
Su caso refleja un patrón ya conocido en el Congreso peruano: la inestabilidad y la falta de coherencia en las posiciones de algunos legisladores, muchas veces más atentos a los cálculos políticos que a la voluntad popular que dicen representar.