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Juan Schnitman: “Teníamos mucho miedo en hacer la escena de sexo”

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Juan Schnitman está en Lima como parte del 19 Festival de Cine de Lima,  participando con su película El Incendio, su primera película en solitario luego  de codirigir Grande para la ciudad y El amor.

Su película contiene una tensión que te mantiene sentado  respirando cada escena de cerca, las últimas 24 horas en la relación conflictiva de una pareja sorprende por el manejo de cámaras, sostenido por un buen guión, con unas actuaciones admirables.

Hace mucho tiempo no vi una escena de sexo tan bien lograda, con un lenguaje cinematográfico admirable, que nos habla del buen momento que están pasando algunos cineastas del cine argentino.

Conversamos con Schnitman sobre el proceso de su película, el trabajo con los actores,  sus referentes en el cine argentino,  la influencia de Cassavetes en su película,  también sobre cine peruano  y su apoyo a su presidenta Cristina Fernández.

 

¿Cómo ves la crítica de cine en Argentina?

Veo mucha dispersión, digamos que El Amante  es una revista interesante que hay,  pero que en Argentina ya no se edita más en papel, y era cómo una referencia salir en la revista o en la portada. Es raro pero hay una especie de validación del papel, uno tiene una mente muy arcaica.

 Pero, vayamos al fondo ¿se puede confiar en los críticos de cine en Argentina?

Lo que se puede hacer es elegir un crítico que te guste, y que opines parecido a él y no queda otra que seguir a ese crítico, eso es lo más cercano que se puede hacer para confiar en un crítico para mí.

Qué te ha dejado el recorrido  de tu película en festivales de cine como en el de Berlín.

Me ha dejado una sensación muy linda,  es que la película funciona muy parecida con todos los públicos, es decir,  ha funcionado en Berlín, Málaga, Barcelona, Copenhague, Rumania, Seattle y en muchas provincias de Buenos Aires, que también fui a presentar la película. Yo pensé al terminar la película, que la historia era más localista, y que las sensaciones que pasaban tenían más que ver con nosotros, si bien hay una serie de cuestiones que tiene que ver con la idiosincrasia argentina, Latinoamérica de cierto nivel de pasión en las cosas que tienen los personajes, eso a los europeos les resulta muy violento.

¿Por qué El incendio como nombre en la vida de una pareja?

Esto puede sonar como chiste, pero siempre digo, no puedo defender el título, es un título que lo vengo trayendo hace ocho años más o menos, desde que tenía sola una página escrita sobre algo de la película, y era una película sobre las últimas veinticuatro horas de una pareja en vez de las peores veinticuatro horas de una pareja. Y vi un libro que se llamaba “El incendio en el paraíso” yo justo estaba de gira con una obra de teatro, y me pareció un nombre fuerte para la película que yo estaba pensando, y cambiarle un título a una película después es imposible.  Creo que lo único peor sería que el titulo fuera literal y de repente algo se prende fuego en la película, cosa que afortunadamente no sucede.

Tu película tiene un hilo de tensión permanente, con niveles que suben y bajan, pero hay una permanente tensión en la película ¿Cómo trabajaste para mantener eso?

Esa era la apuesta de la película, cuando trabajamos con Agustina que es la guionista todo el tiempo empujaba para que la película tenga siempre arriba cierta tensión, y además la película tenía que tener ciertos matices, porque cuando uno toca siempre la misma nota dejas de escuchar la nota. Lo que encontramos como elementos para trabajar eso, es un poco la idea del policial, o de elementos que tiene que ver con el cine negro. Es una película de pareja, pero los elementos que la componen son un montón de dinero, arma, violencia y sexo. Esa idea nos ayudaba a jalonar algunos momentos de la película y ordenar cuestiones de puesta en escena, a la vez que nos ayuda a mantener esa tensión algo, espero y creo que no cansa. Es una película ardua pero que le hemos encontrado ciertos matices para que no canse.

En tu película se siente un poco la influencia de Cassavetes.

Hay algo de las actuaciones sobre todo de lo que gusta del cine de Cassavetes, hay una película en particular de la que hablamos bastante con los actores para construir momentos, que es Una mujer bajo la influencia. Hay algo como muy sorpresivo de los personajes de Cassavetes siempre, que no sabes con qué van a salir, y eso era lo que me interesaba de la película.

Otra de las cosas que sorprende por su calidad en la película es la escena de sexo, está muy bien lograda.

Teníamos mucho miedo hacer la escena, la hicimos la última semana del rodaje,  sacamos un poco de gente del equipo y hicimos tres tomas, y quedó la tercera.  No era muy grato para nadie hacer la escena, casi todas las locaciones son reales, menos  el primero de los planos, el plano cenital se filmó en estudio por una cuestión de altura, pero esa escena de sexo lo hicimos en el garaje de una amiga, yo estaba encerrado en el lavadero, porque en todos los planos la cámara mira hacía todos los lados, y siempre me tenía que esconder. Luego  de grabar dos tomas paramos un poco, salimos afuera y conversando les digo, tienes que creer que quizá ella se muera, o sea que cuando él la estaba ahorcando quizá ella muera, tenemos que sentir ese peligro, para que la escena llegue al lugar donde tiene que llegar.

Cómo haces tu trabajo de casting, una vez un director me comentó que recorría los teatros independientes  en Buenos Aires buscando a sus personajes.

Yo hago exactamente lo mismo, yo no hago casting,  hace dos semanas fui a ver cinco obras de teatro y la semana siguiente fui a ver tres, voy mucho más al teatro que al cine en realidad. De esa forma empiezas a conocer a todos los actores y comienzas hacerte amigo de los actores. Yo a Pilar la conocía de antes por amigos en común, y con Juan yo había trabajado en El estudiante, yo fui asistente de dirección de Santiago Mitre. Una vez que veo un actor trato de evaluar la inteligencia que tiene para resolver las situaciones, por más que las situaciones no tenga nada que ver con las cosas que tenga que resolver en mi película, yo creo que por ir tanto al teatro ya tengo en la cabeza a los actores, y si hay alguno que me interesa, le mando el guión para ver si le interesa el personaje.

¿Qué cineastas argentinos admiras?

Me gusta mucho el cine de Matías Piñeiro, soy muy fan de él, es raro porque no somos muy amigos pero nos conocemos y es muy raro un fan de alguien que tenés muy cerca, y aparte que sea más joven que vos  (Risas). Creo que por cariño y admiración soy muy fan de mis amigos, de Santiago Mitre, Alejandro Fadel, Laura Citarella, Mariano Llinás.

Hasta ahora me estás dando nombre de cineastas contemporáneos ¿pero retrocediendo un poco?

Es difícil, porque en gran medida, yo no veo esas películas, la vi cuando estaba en la universidad hace  quince años, no las tengo nada frescas, si recuerdo obviamente el cine de Torre Nilsson, como una referencia del cine clásico argentino, que es muy parecido al mejor cine clásico de los años cincuenta de Estados Unidos, como un autor dentro de la industria. Pero la verdad que el cine ha cambiado tanto de esa época para aquí, que yo los referentes los tengo que buscar más a partir de Pablo Trapero, de una forma muy diferente de encarar la ficción, con una impronta realista muy fuerte, mezclando cuestiones casi documentales, es un cine donde me siento un poco más reflejado.

Para mucha gente Fabián Bielinsky fue como un punto de cambio para el cine argentino ¿compartes eso?

Pero Bielinsky fue casi una anomalía, aparte por lo fugaz que fue su carrera lamentablemente, en El Aura se vislumbraba algo más extraño, porque Nueve Reinas es una película industrial, y me encanta como el modelo de lo que tendría que ser el cine industrial en Argentina. Pero su procedencia nos es muy ajena en general a la gente del cine independiente, porque es una persona que venía de ser asistente de dirección en publicidad hace veinte años, o sea, su background era muy diferente. Quedó como una especie de isla dentro del cine argentino, sobre todo porque su carrera no se pudo desarrollar y dar más frutos y tener más hijos por decirlo de alguna manera.  Pero sí, sus dos películas me parecen bárbaras.

¿Qué conoces del cine peruano?

No conozco casi nada. Vi anoche la película Dos besos de Francisco Lombardi, y no me gustó.

Curiosamente los cineastas Sudamericanos no ven mucho cine latinoamericano, es como que viven de espalda a los países vecinos.

No tenemos manera, no hay acceso, no hay una distribución.  Si no hubiese estado la película de  César Acevedo y la de Ciro Guerra en Cannes, yo no me entero que existen.

¿Cómo ves el trabajo del INCAA?

Yo creo que el INCAA hace un gran trabajo en apoyar la producción de películas y luego hace un trabajo pobrísimo en apoyar el desarrollo, hay casi dos concurso por año, premian una o dos películas, para un país que produce ciento cincuenta películas por año, entonces todo el área de desarrollo está en manos, de productores, guionistas que tiene ganas de apostar y estar un año, escribiendo algo para ver si luego lo pueden producir, y luego hay una cuestión que no tiene que ver con el INCAA sino que es una legislativa general, es decir las cuotas de pantalla para el cine extranjero sigue siendo muy laxas,  para que no nos penetre tanto un cine clase C, de Estados Unidos,  que ocupa pantallas y come espectadores de películas argentinas valiosas.

El hombre por naturaleza es un animal político ¿Qué me puedes decir de tu presidenta Cristina Fernández?

Yo en general  he  apoyado este Gobierno en los últimos doce años, lo he votado en diversas oportunidades, creo que antes las opciones que se presentan me sigue pareciendo la mejor opción.

 

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