El género del documental está creciendo a pasos agigantados, y en el 18 Festival de Cine de Lima se encuentra en competencia “Maravilla la película”, un documental que ya está dando qué hablar. Conversamos con su director, el documentalista argentino Juan Pablo Cadaveira.
Juan Pablo, “Maravilla” es tu ópera prima. ¿Por qué elegiste el género documental, y el tema del boxeo?
Siempre me interesó el cine documental, y además, hoy permite a mucha gente conocer mundos y submundos, y nos permite llegar de lleno a alguien, y seguir a los personajes por mucho tiempo. Yo nací con una cámara al hombro, y desde los veinte años viajaba como documentalista por todo el mundo. Y sobre el boxeo, me fui acercando a él desde que vi otro documental “Cuando éramos reyes” de León Gast, sobre Mohammed Ali, y cinematográficamente es muy interesante, y hablando de este proyecto, fue desde que supe de él (Sergio “Maravilla” Martínez) cuando le quitaron el título durante su estadía en Nueva York, y tenía que pelear allí, y entonces, me pareció sumamente carismático, y con un pasado interesante, cuando vivió en Argentina, y cómo pudo lograr su sueño en una etapa tardía; y eso es una muestra de perseverancia y sacrificio, y a pesar de haber sido el boxeador número uno, y campeón, ahí mismo le quitaron el titulo afuera del ring, lo que luego le costó conseguir peleas importantes, a pesar de estar con HBO, que es una de las televisoras más importantes.
Y ese título, se lo dieron al hijo de una luminaria como lo fue Julio Cesar Chávez.
Así es, cayó en manos de Julio Cesar Chavez Jr. que es el hijo de la gran leyenda mexicana viva Julio Cesar Chávez. Y obviamente, para la gente que maneja el negocio, un campeón que sea conocido como el hijo de una leyenda da mucho más rating que un desconocido argentino que vive en un país norteamericano, y que encima no hable inglés.
Tú que en esta producción has estado con personajes reales que cuentan sus testimonios ¿Podrías decir que has visto el mundo turbio del boxeo?
Yo vi el mundo del boxeo muy de cerca, y sí, hay cosas que son muy difíciles de entender, y mi cámara ha intentado escuchar muy de cerca esos dos lados. Y hay muchos intereses y dinero de por medio, lo que muchas veces no se dan la mano con la justicia.
Esta producción te ha generado un despliegue de trabajo. ¿Fue fácil el financiamiento?
No fue fácil. Al ser un tema tan delicado, e involucrar a gente con tanto poder, la estrategia de producción fue que nadie supiera que la película se estuviera filmando hasta que no esté terminada, y el hecho que hasta ese momento esté en la sombra, nos benefició, pero también nos perjudicó el financiamiento, porque luego no pudimos poner el proyecto en una página web para poder recaudar fondos privados, aunque sí nos ayudó el tema de poder entrevistar a las personas, algo que es muy importante, porque a lo mejor hubieran dicho que no a las entrevistas, si supieran el tema del documental. Y en efecto, el financiamiento fue privado.
¿Y muy costoso?
Sí. Es una película costosa porque fue filmada en cuatro países, Argentina, México, Estados Unidos, y España. Aunque no pudimos filmar directamente las peleas, porque los derechos son de HBO, y hubo mucho material deportivo que tuvimos que comprar.
¿Estamos hablando de cuánto?
Eh…bastante dinero.
Sergio «Maravilla» Martinez.
“Maravilla la película” ya tiene trayectoria en festivales ¿Cuéntame cómo le ha ido?
La película inicio su recorrido en festivales como el Festival Internacional de cine de Mar del Plata, y allí ganamos premio al mejor montaje, y después de allí, estuvimos en el Festival de Cine de Guadalajara, que fue una gran alegría porque la película es de boxeo, y boxeo es México, porque su público es más efervescente, y a pesar que los antagonistas de Sergio Martínez son mexicanos, para nosotros fue muy importante que la película se viera allí, y a ese público le gustó mucho el filme, y aunque ellos los mexicanos, no son los buenos de la película, también la recibieron con mucho cariño, pues, aman el boxeo. Después de eso, estuvimos en el Festival de TriBeCa en Nueva York, y estuvo entre las diez más votadas por el público en cuanto a documentales.
Y ahora que estás presente en el Festival de Cine de Lima, ¿Has visto algo de la competencia?
Primero que todo, estoy contentísimo de estar en este festival, porque es uno de los más importantes de Latinoamérica, y feliz también de estar en la competencia oficial de documentales. Acabo de llegar, y recién voy a ver películas, y hoy miraré tres documentales.
¿Tu opinión sobre el cine en general?
El cine es el séptimo arte, y para muchos es un lugar de entretenimiento, y para otros es un desafío intelectual, y de reflexión. Y creo que todos esos tipos de cine tienen que existir. Mi conexión con el cine es cada vez que veo una película, y uno se puede transportar, aprender, y conocer tanto.
¿Y el cine hollywoodense te gusta o te disgusta?
Para mi hay películas de Hollywood que son increíbles, y que han hecho la historia del cine, y todavía siguen haciendo algunas películas interesantes, y otras no; pero creo que tienen que existir, como también tienen que existir películas de corte independiente, como el cine de autor. Porque el cine está hecho para que el público lo vea, y opino como cineasta, que es un poco como esa ecuación, lo que el público desea ver, y lo que uno quiere contar, y como ser fiel a uno mismo, y también ser conscientes de que existe un público que quiere ver cine, y cómo llegar. Y el negocio del cine, es otra cosa sumamente interesante que también es un desafío para todo cineasta independiente, hablo del hecho de cómo llegar al público.
Para terminar. ¿Qué proyectos se vienen, incursionarás en la ficción?
Sí, claro. La ficción está a la vuelta de la esquina, estoy leyendo un libro, y trabajando en otro guión, aunque no filmando aún, pero trabajando en otras ideas de documental también, que es lo que me encanta, porque me parece fascinante este vértigo de no saber qué va a pasar, pues, sobre este documental nunca supimos lo que iba a ser el final, desde que empezamos, y eso fue muy difícil de financiar, porque ninguna empresa apuesta por un proyecto que no sabe cuál es el final.