El 5 de julio de 1941, empezó “la guerra del 41” debido a conflictos limítrofes entre Perú y Ecuador. Más allá de la victoria peruana, este conflicto nos dio al primer héroe de la aviación de guerra, el teniente CAP José Abelardo Quiñones Gonzales.
El destino de este valeroso oficial lambayecano estaba trazado para alcanzar la gloria desde que ingresó a la Escuela Central de Aviación Jorge Chávez a los 21 años y en cuyos años como cadete destacó por su disciplina militar y por el dominio de osadas técnicas de pilotaje aéreo. Testimonios de algunos compañeros aspirantes señalan que cierto día un profesor militar refunfuñaba y admitía que la fuerza aérea peruana no tenía un héroe nacional… inmediatamente el entonces cadete Quiñones se puso de pie y con mucha energía dijo: “presente”.
Cuando se recibió como alférez en 1939 fue el primero de su promoción en la especialidad de piloto de caza y se dispuso a demostrar su gran pericia en los aires y en la exhibición de graduación realizó un temerario vuelo invertido casi a un metro del suelo, dejando atónitos a los asistentes y en merito a ello obtuvo el “Ala de oro” de la Fuerza Aérea del Perú.
En 1941, a solo dos meses de haber cumplido 27 años y luego de iniciarse la invasión de Ecuador, el teniente Quiñones despegó de Tumbes integrando el XXI Escuadrón de Caza Aérea del Norte y empezaron a derrotar a las fuerzas enemigas. Sin embargo, el 23 de julio de 1941 el piloto peruano a bordo de su avión NA-50 luego de bombardear con éxito el puesto ecuatoriano de Quebrada Seca, realizó un segundo descenso para lanzar más bombas, pero fue alcanzado por las ametralladoras antiaéreas enemigas y en vez de salvarse y saltar del avión con su paracaídas, decidió estrellarse sobre las baterías terrestres y encontró la muerte en el acto.
El coronel ecuatoriano Octavio Ochoa, tras devolver a Perú el cuerpo del teniente inmolado afirmó que entregaba los restos de quien supo honrar a su patria y que Ecuador le rendía homenaje a Perú encarnado en el héroe José Abelardo Quiñones Gonzales.
Quiñones póstumamente fue ascendido a Capitán de la Fuerza Aérea y declarado Héroe Nacional del Perú.
(Columna publicada en Diario Uno)