Lejos de las carencias de la selección peruana y de la falta de reacción de Ricardo Gareca en el segundo tiempo; el arbitro Julio Bascuñán, fue el centro de la polémica. Faltas que no cobró a favor de Perú, un penal regalado a Brasil y un VAR que estuvo en otro partido son solo algunos de los cuestionamientos luego de la derrota de Perú.
El arbitro cobró un penal a favor de Brasil, a pesar de las repetidas imágenes que el propio VAR pudo evidenciar. La falta contra Neymar nunca existió. Lo que existió fue un Neymar que teatralizó sus caídas, una actuación que terminó convirtiendo el «Jogo bonito» en «Robo bonito».
El árbitro Bascuñán no cobró faltas a favor del seleccionado nacional, porque no las quiso ver, varias de esas faltas fueron contra André Carrillo y Farfán. Algunos dirán que son errores que comenten los árbitros, pero los errores se cometen una vez, más de eso ya se produce lo que se conoce como intencionalidad. Es decir, Bascuñán tenía la consigna de solo pitar a favor de Brasil.
En el segundo tiempo, el árbitro chileno se negó en revisar el VAR en dos oportunidades. Pero cuando la falta fue a favor de Brasil, Bascuñán no dudó y corrió a poner sus ojos en la pantalla para argumentar la expulsión de Carlos Zambrano. ¿Sigue pesando la camiseta de Brasil? esta noche queda claro que sí. Poner la cancha a favor del equipo de Tite, es también mantener el negocio del fútbol, es decir, los millones de euros que cuesta el seleccionado brasileño tiene que pesar, pero tiene que pesar con triunfos. Un triunfo de Perú hubiera significado un duro golpe al inflado mercado del fútbol.
Bascuñán dirigió en dos oportunidades a Perú. Una fue contra Uruguay en marzo de 2017 por las eliminatorias de Rusia 2018, con triunfo de Perú por 2-0. La segunda oportunidad fue en el año 2015 contra Paraguay, en ese partido también ganó la selección peruana, pero esta noche Bascuñán simpatizó por la samba y nos tocó la derrota.
Lejos de la polémica del árbitro chileno, hay que señalar que a Ricardo Gareca lo tienen que despertar en los segundos tiempos. Tanto contra Paraguay y ahora contra Brasil, «El Tigre» se queda dormido. No realiza los cambios a tiempo y prácticamente deja en piloto automático el segundo tiempo. Recordemos que su trabajo, por el cual no cobra barato, es crear estrategia antes, durante y después del partido. Desde esta noche los hinchas peruanos le tenemos que repetir a Gareca sus propias palabras: ¡pensá, pensá!