Uno de los cineastas que me educó con sus filmes fue Jim Sheridan. Recuerdo con cariño su película tan humana e inteligente “Mi pie Izquierdo” (1989), basada la vida de Christy Brown, pintor, poeta y escritor irlandés aquejado de parálisis cerebral. Otro poderoso filme es “En el nombre del padre” (1993), historia real sobre los Cuatro de Guildford, donde cuatro jóvenes irlandeses fueron injustamente acusados y falsamente condenadas, por las autoridades británicas. Estas dos películas fueron protagonizadas por el camaleónico actor Daniel Day Lewis.
Sheridan nació en Dublín en 1949 y llega a Nueva York con una gran experiencia como dramaturgo. Con su talento logra abrirse camino en el mundo del cine. Las obras de Shakespeare y Joyce alimentaron su convicción e impulsaron a recrear historias que logran tocarnos la piel y sacarnos de la coraza que nos envuelve.
En su filme “El Prado” (1990), muestra esa relación entrañable del hombre de campo y la tierra, esa dualidad que generan sueños, los sueños de un viejo labrador que busca trabajar la tierra para que finalmente lo ceda como herencia a su hijo. Pero como en toda gran historia, también hay una gran tragedia.
La relación entre Jim Sheridan y Daniel Day Lewis, se mantuvo en sus filmes por muchos años. Su película “The Boxer” (1997), también cuenta con Day Lewis. Además, filmó “In America” (2002), gracias a los recuerdos guardados de todo inmigrante. Aquí Sheridan se permite desarrollar una película llena de sentimientos, contada con mucho cariño y desde una perspectiva infantil, curioso detalle que permite conocer un poco más sobre la vida del cineasta irlandés.
En la línea de sus historias biográficas también aparece “Get Rich or Die Tryin Marcus” (2005), historia con algo más de acción pero con una cruda realidad. En el filme narra el caso del conocido rapero Curstis «50 Cent» Jackson, sumergiéndose en un mundo frio, sórdido y violento. Otros de sus filmes son “Brothers”, “Detrás de las paredes”, “La carta secreta” y su reciente película “H-Block”, basada en la historia real de la fuga de treinta y ocho presos del IRA de una prisión de máxima seguridad en el año 1983.
Hoy, a sus 75 años, solo podemos decir ¡Larga vida al irlandés!
(Columna publicada en Diario UNO)
