La Galería de Arte Yvonne Sanguineti presenta la exposición individual ‘Disco rayado’ realizada por el artista plástico Jhon Chauca. La muestra está conformada por una selección de pinturas de mediano formato realizadas en acrílico.
En esta oportunidad el pintor busca rendirle un homenaje al disco de vinilo, haciendo uso del formato circular en el que se contienen, a su vez, círculos concéntricos reiterados que culminan en un agujero. El contenido temático es sostenido por el signo, no sólo desde una perspectiva formal, sino también desde el eje conceptual: la reiteración de imágenes representativas -intervenidas, reinventadas, reinterpretadas- de aspectos centrales de nuestra cultura, insertas en un vinilo cuyo centro es el vacío, redunda en el desconcierto del espectador al enfrentarse con una falta, una ausencia, un hueco que, al tiempo, significa: la culpa católica escenificada en la llaga del hijo de dios, subversivamente enfrentado a la curiosidad; la omnipotencia infantil actuada en el Capitán América, ícono representativo del poder norteamericano, pero aquí criollizado -¡tan peruano que hasta lleva escarapela!-; la delgadez femenina como ideal de belleza, representada por una bailarina de ballet agujereada.
Paradójicamente, Chauca plantea su homenaje a un sujeto/objeto no póstumo, sino vivo: ‘El vinilo ha regresado’, me decía a mí mismo mientras visitaba el Trocadero Center, ubicado a pocos metros de la estación de tren Picadilly Circus, en el mismo corazón de Londres. Y es que ésta es más bien una conmemoración a la historia enmarcada en la idealización de un tiempo que se fue –éste, sí, póstumo- para no volver: Era octubre del año 2009 en que se hizo efectiva mi beca británica y empezaba recién el famoso invierno inglés, con sus rentas congeladas por la crisis, que acentuaban aún más la frialdad de sus habitantes. Era interesante notar que más de la mitad de los escaparates de música de aquella tienda estaban repletos de vinilos, lo que traía a mi memoria la colección de discos de 33 rpm pertenecientes a la familia, allá por la década de los 70’s, antes de que el mundo fuese literalmente invadido por las nuevas tecnologías.
Como la imagen de una Ítaca trasnochada, el vinilo se instala en la representación del artista como el recuerdo vivo, inalcanzable, obliterado y acunado en la rememoración nostálgica que se repite, una, y otra, y otra vez, a través del presente infinito de un objeto atravesado por el vacío de aquello que jamás fue: La frase ‘todo tiempo pasado fue mejor’ le cae como anillo al dedo a esta hermosa época, cuando el rock era rock y el talento prevalecía sobre la imagen prefabricada, cuando esta música del cielo (o del infierno decían mis religiosos padres) se escuchaba a través de un tocadiscos, nítida, fresca y ¡sin subtítulos!… memorables discos de vinilo que a fuerza de escucharlos terminaban siempre rayados… como mi vecino, como Bob Marley o como yo.
La exposición será inaugurada el miércoles 28 de agosto a las 7:30 p.m. y podrá ser visitada hasta el sábado 21 de setiembre, de lunes a sábado de 11.00 a .m. a 8.00 p.m. en Av. Grau 810, Barranco.