Copularon para que no se extinga la democracia. La izquierda progresista y la izquierda regional se unen en servinakuy para refundar la nación. Verónika Mendoza y Juntos por el Perú apoyarán la candidatura de Pedro Castillo a la presidencia del país.
La reunión entre Mendoza y Castillo vislumbra un horizonte luminoso. El encuentro de ambas izquierdas —ante la amenaza fujimorista— sella un compromiso para enfrentar los embates de la pandemia y el descalabro institucional.
En las elecciones de primera vuelta, el profesor chotano Pedro Castillo ha sido aupado como representante del voto regional, frente a la candidatura de la señora K: lo cual ha generado polarización entre los dos bandos que disputan la presidencia.
El escenario peruano contemporáneo es el campo de batalla de la derecha —que busca llenar sus arcas y repartir migajas a los peruanos— contra la izquierda, que ha conectado con la población. El voto por Castillo es la esperanza de los peruanos excluidos por el sistema, quienes prefieren jugarse por la incertidumbre del lápiz antes que entregarle el país a la señora K.
En este orden de cosas, la izquierda de Mendoza —de posturas progresistas— es el complemento ideal para el ideario regionalista de Castillo. Las dos izquierdas trabajarán para escuchar los reclamos de un pueblo que exige la justa redistribución de los recursos y la lucha contra la corrupción.
El encuentro de ambos líderes políticos ha culminado con un acuerdo que incluye priorizar la lucha contra la pandemia y garantizar la vacunación gratuita de todos los peruanos, el fomento de los valores democráticos, el respeto por la institucionalidad y el estado de derecho, la defensa de la soberanía nacional, la lucha contra la corrupción, el cumplimiento de los tratados internacionales, el respeto de las libertades civiles y la defensa de los derechos humanos.