István Borbás es uno de los artistas húngaros dedicado ampliamente a la fotografía, su trabajo se divide entre la publicidad y el cine. Con Roy Anderson desarrolló diversos cortometrajes y largometrajes, con los cuales ganaron reconocidos premios como el León dorado de Venecia y la Palma de Oro en Cannes.
El director de fotografía húngaro durante 30 años de trabajo en Studio 24, crearon innumerables publicidades y películas de diferente metraje. Además de Suecia, Borvás se ha desempeñado en países, como Hungría, Mongolia, Estonia, Dinamarca, Italia y Francia. Durante su carrera realizó más de cincuenta publicidades, varios cortometrajes y cinco largometrajes.
Borbás llegó a Lima especialmente como invitado del VIII Festival de Cine Al Este de Lima, donde está presentando parte de su trabajo, además de un Master Class. Todo un lujo de tener a uno de los grandes de la fotografía en nuestro país.
Aquí una breve entrevista con István Borbás.
¿En estos tiempos se puede seguir pensando que una fotografía vale más que mil palabras?
Definitivamente la imagen vale más que mil palabras, porque trasciende un idioma, es decir, no se limita a un solo idioma. El lenguaje puede ser un poco primitivo, pero una imagen va poder transmitir siempre mucho más que las palabras. Una foto es más descriptiva, te va mostrar cosas más allá de las formas.
Pero en el sentido periodístico, por ejemplo, una fotografía jamás ha derrocado un gobierno, la fotografía ha necesitado del argumento de las palabras.
Así es, pero en la historia hay imágenes que han ayudado a eso, por ejemplo en la guerra de Vietnam, está la fotografía de esta niña del Napalm o el caso del niño de Etiopia. Si bien no está verbalizado en un texto, estas imágenes te llevan a una confrontación y esto va poder generar que un gobierno pueda caer.
Viendo algunos de sus trabajos fotográficos, lo que causa es la sensación del suspenso y también se percibe la deshumanización de sus personajes.
Generalmente en las películas antiguas es especial la narrativa, pero en las películas de guerra todo tiene que ver con el escenario donde se filma, en el espacio considero importante no solo lo externo sino también lo interno, porque esto va determinar la manera como proyectamos los pensamientos y ambiciones, es por eso que se puede creer que estos personajes están un poco deshumanizados. Yo trabajo mucho el espacio en cada escena, y como ese proceso te va contando la historia. La gran diferencia entre la literatura y las películas, es que cuando tienes un filme donde se hace muchos cortes, eso no ayuda a usar tu imaginación, el tiempo en una escena es importante para que el espectador pueda imaginar.
¿Por qué es importante la temperatura del color en la fotografía?
Porque los colores naturales no te permiten abstraerte, es como ves un color y ya lo ves por hecho, en cambio lo abstracto no tiene color y eso hace que involucres el hecho de soñar, al mismo tiempo la luz lo puedes utilizar para hacer efectos muy especiales, pero la luz más baja va mostrar al ser humano un poco más desnudo, y es ahí cuando la fantasía va a surgir.
Se dice que el movimiento en una fotografía se encuentra en los ojos de la persona que lo observa ¿qué piensa de esto?
Sí, bueno la fotografía es más cercana a una pintura, y cuando uno va a un museo uno ve una pintura y tus ojos van a encontrar detalles de acuerdo al tiempo que te quedes, si te quedas diez minutos verás un detalle, y si te quedas más tiempo podrás encontrar otros cosas, y sin duda, tus ojos son los que se mueven alrededor de esa imagen.
¿Cuál es la diferencia que encuentra entre la estética del cine latino y la estética del cine europeo?
Realmente no hay mucha diferencia, porque el artista argentino López, retrata mucho la guerra, y todos los detalles que el plasma son tan perfectos porque se puede observar detalles tan minúsculos dentro de su pintura y curiosamente él fue uno de los primeros en realizar estos retratos de guerra. A través de estas imágenes que son tan realistas, puede demostrarte y hacerte sentir lo horrible que ha sido la guerra.