Hoy el gobierno de la presidente Dina Boluarte mediante la Resolución Suprema Nº 008-2023-MC, designó a Ninoska Rosario Chandía Roque como presidente ejecutiva del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP) y, además, miembro del Consejo Directivo.
Chandía Roque reemplaza en el cargo a Jesús Solari Díaz que fue despedido por múltiples razones con respecto a su cuestionado manejo del Instituto televisivo y radial.
Según nuestras fuentes, en el Ejecutivo la decisión de sacar a Solari fue orden directa de la mandataria Boluarte y no precisamente del primer ministro Otárola, pese a que él fue vetado muchas veces de la señal abierta durante las trasmisiones de sus habituales Consejos de Ministros. Pero prácticamente eso fue lo que colmó la tolerancia de la presidente que le ordenó a la ministra de Cultura Leslie Urteaga que ya no vaya más en el cargo por las innumerables quejas de malas prácticas funcionales.
Ninoska Chandía trabajó hace muchos en Radio Nacional y hasta hace poco se desempeñó como Directora de Comunicación e Imagen del Despacho Presidencial; y ha sido el brazo derecho de Nicanor Boluarte, hermano de la jefa de Estado.
Recordemos que hace 2 años la encargatura de Francisco Sagasti designó a Nicanor Boluarte como director de la Empresa Nacional de Puertos (ENAPU), justo cuando Dina Boluarte era candidata a vicepresidencia de la Republica en la plancha de Pedro Castillo; pero al día siguiente renunció al cargo.
Según nuestra fuente, un grupo de personas que conocen a Ninoska le habrían entregado un documento con detalles de todos los maltratos, clientelismos y abusos que acontecían dentro de los fueros de la televisora estatal y al parecer la comunicadora de Palacio informó a la presidente Boluarte y el desenlace ya es conocido por todos. Ella fue retirada del entorno de la señora Boluarte luego que Hildebrandt en sus trece y Caretas publicaron que trabajaba con su hermano Nicanor Boluarte… pero hoy se ha convertido en la nueva mandamás del IRTP.
Así las cosas, más allá de las especulaciones que se vienen tejiendo por la procedencia de la nueva directiva del IRTP, lo cierto es que los caviares continúan perdiendo cargos en las instituciones y empresas claves del Estado y continúan “llorando” en las redes sociales, luego de 20 años de malas prácticas y despropósitos en todo el aparato estatal.
En ese sentido, el IRTP y el Ministerio de Cultura han sido “claves” para ellos; lo dice bien claro en sus mandamientos Antonio Gramsci, que su bastión para manipular la cultura es la televisión y la radio. La revolución cultural gramsciana que prevaleció sobre los primeros postulados marxistas ha sido nuestro flagelo en nuestro país en las últimas décadas.
Está por verse si ahora a la nueva mandamás del IRTP le temblará la mano y extirpe a los pocos enquistados de las gerencias de prensa (por cierto, la más ominosa y en cuya oficina trabajan los colaboradores inmediatos de Mónica Vargas y cuya sala de redacción está en una explanada y no existe allí un jefe que monitoree y supervise las labores, porque la gerente acude a la sala de redacción a la “muerte de un obispo”) televisiva y administrativa que hasta hoy le han hecho daño al canal y a la radio de todos los peruanos y se requiere una gestión competente con un nuevo equipo de periodistas y gerentes para poner orden y rigor en lo que hasta hoy se convirtió en tierra de nadie, porque nunca existió autoridad y ni meritocracia.