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Iquitos: Deudos de muertos por Covid sepultados en fosas comunes piden exhumar los cuerpos

A fin de darles cristiana sepultura en un cementerio de verdad. Familiares tienen todo el protocolo listo para sacar a sus seres amados y llevarlos a una tumba digna.

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Su alma ya no da más. Si antes exigían —con todo el derecho del mundo— a las autoridades que permitan exhumar los cuerpos de sus seres amados enterrados en fosas (zanjas) parecidas a las que Adolfo Hitler, utilizaba en la época del Holocausto; ahora los familiares están perdiendo la paciencia y anunciando que en cualquier momento ellos irán al lugar y sacarán los cuerpos de las personas ahí enterradas.

Y no solo están perdiendo la paciencia, están derramando muchas lágrimas generadas por la impotencia de no escuchar la voz y atención empática y solidaria de parte del poder judicial, que tiene en sus manos la solución al gravísimo problema social generado en época de pandemia por el gobierno regional.

Sí, del gobierno regional porque teniendo un presupuesto de 350 mil soles para adecuar ese ambiente ¿qué le costó exigir a la empresa contratista que, en vez de hacer zanjas comunitarias, haga huecos individuales para que un futuro próximo los familiares puedan identificar a sus seres queridos? Ahora les rezan sin saber siquiera si los restos de su ser amado están en el código entregado por la dirección de salud ambiental. 

El 27 de mayo, una vez más, una parte de los familiares que solicitan la exhumación, llegaron hasta la corte superior de justicia a pedir (por favor) que programen ya una audiencia en la sala penal de apelaciones a fin que ellas (las tres magistradas a cargo de la SPA) escuchen de qué se trata para al final darles la razón o negarles la exhumación. Nada más eso piden.

Muchos incluso están pagando 195 soles a Diresa, por los requisitos que piden para exhumación. O sea, les cobran, pero no les dejan sacar a los cuerpos de sus seres amados. 

“Mi padre era Contador y tenía 73 años. Murió el 28 abril y fue enterrado el 29 de abril (2020) a las 11 y 45 de la noche. El murió repentinamente, no sabíamos en realidad que era por covid. Lo llevamos en motocarro al hospital y ahí nomás murió. En la puerta estaba el comando covid, había muchos policías afuera del hospital y el comando decía que por protocolo de bioseguridad no podía darnos el cuerpo y lo subieron al camión de la Naval.

Nos dijeron que sería enterrado en el cementerio municipal de San Juan y que al mes podríamos verlo. Pero al mes nos enteramos gracias al Diario La Región que estaban en un terreno al que incluso le habían pasado una aplanadora.  Eso indignó muchísimo a todos los deudos, a todos los ciudadanos. Me fui a reclamar a la dirección de salud ambiental y me dieron un código diciéndome que mi padre estaba ahí.

El siguiente mes cuando me uno al grupo, me dieron un código distinto de mi papá y eso me ha generado mucha suspicacia. Tenemos más de un año solicitando la exhumación y no hay cuando llegue. Estamos cumpliendo con todos los requisitos. La dirección de salud no se pronuncia, el poder judicial viene demorando nuestro caso. Pedimos por favor que nos autoricen la exhumación por ser de justicia.

Yo creo que los responsables de ese entierro están escondiendo algo, por eso toda esta demora. Sabemos que hay responsables, pero por ahora lo que queremos es que nos autoricen para buscar el cuerpo de nuestro familiar. Sabemos que dolerá mucho, pero tenemos que hacerlo para darles un entierro digno. Buscamos justicia por el amor que tenemos a nuestros seres ausentes y hoy más que nunca presentes en nuestros corazones” expresó el joven hijo del Contador, Robert Lecca.

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