En “El infierno tan temido”, extraordinario cuento de Juan Carlos Onetti, un periodista empieza a recibir fotografías de su mujer en situaciones íntimas con diferentes hombres, y esto, además de desequilibrarlo, empieza a enloquecerlo. Con el avance de la ciencia dejamos de lado el papel por la imagen digital. Con la vida digital vimos un refinamiento de la maldad: filmaciones íntimas subidas a portales pornográficos, fotografías que circulaban en redes sociales producto del despecho o las simples ganas de joder, los “packs” de fotos íntimas circulando por el WhatsApp, la exposición social como “castigo” por el rechazo o la simple venganza. Hasta que apareció la inteligencia artificial e ingresamos a un nuevo nivel en esta escalada de violencia.
Dos alumnos del St George’s College, ubicado en Los Huertos de Villa, una exclusiva zona de Chorrillos, tomaron el rostro de 15 compañeras de clase (de sus redes sociales) para colocarlos en imágenes porno, vídeos y fotos, mediante el uso de la Inteligencia Artificial, algo que se conoce como Deep Fake y que ya se usó hace algunos meses con la imagen de la actriz Merly Morello. Pero no contentos con esto, decidieron comercializar esas imágenes entre compañeros del colegio y, seguramente, con gente fuera de la institución educativa. Chicas de entre 14 y 15 años que, de pronto, se ven convertidas en “actrices porno” sin siquiera saberlo, bajo la atenta mirada de los demás muchachos del colegio. En un mundo donde el bullyng llega incluso a terminar en suicidio ¿cómo enfrentar esta nueva forma de violencia?
“Es una palomillada”, dijo uno de los padres. La palomillada digital, por si no lo saben, se queda para siempre en el mundo virtual, circulando entre celulares y páginas de contenido triple X. ¿Cómo asegurarles a esas adolescentes que aquellas imágenes suyas —pero que no son ellas— no les afectarán en un futuro cercano? Nadie lo sabe. El escándalo ha saltado, además, porque se trata de un colegio de clase media alta ¿Cómo será en colegios donde los padres no tienen acceso a la prensa ni al poder? ¿Por qué el colegio está imposibilitado legalmente de expulsar a esos alumnos y debe esperar a que se retiren “voluntariamente”? Muchos vacíos por llenar en un mundo cada vez más enloquecido, violento y digital.