Imágenes solamente comparables a una película apocalíptica, en donde los fenómenos naturales son capaces de arrasar en cuestión de horas con grandes masas humanas y hectáreas completas, dejando solamente llanto, dolor y cenizas. Chile afronta una de sus más grandes batallas y lo hace nada menos contra el fuego, un enemigo voraz e inclemente que no distingue banderas, edades o clases sociales.
Los dantescos incendios forestales que se vienen dando en Valparaíso vienen dejando al menos 123 muertos, cifra que con el pasar de las horas se teme que pueda incrementarse debido a la gran cantidad de desaparecidos, así lo informó ayer el Servicio Médico Legal (SML) del país sureño. Ante ello, el Gobierno del presidente chileno Gabriel Boric ha decretado estado de excepción debido a las incontenibles llamas que hasta el momento vienen consumiendo 43 mil hectáreas.
Por su parte, la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, se mostró sorprendida por la magnitud de los incendios.
“Estamos frente a una catástrofe sin precedentes, una situación de esta envergadura no había sucedido en la región de Valparaíso”, apuntó.
Las rutas a estas playas del Pacífico fueron cerradas el viernes después del mediodía, y varios focos de fuego se expandieron muy rápidamente quemando zonas pobladas, donde colapsaron las rutas alternativas de miles de personas que intentaban evacuar.
Según un reporte de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el incendio de mayor magnitud está en la Reserva Lago Peñuelas, al costado de la principal autopista a la zona, que ha quemado más de 8.000 hectáreas.
Una ola de calor con máximos de temperatura agobia estos días al Cono Sur americano, donde el fenómeno climático natural de El Niño se agudiza por el calentamiento global provocado por la actividad humana, según especialistas.
Las alertas por persistente calor sofocante rigen desde esta semana y para la próxima en zonas de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, además de en Chile.
Cabe recordar que la cadena de incendios arrancó el pasado viernes en el parque nacional del Lago Peñuelas y rápidamente se extendió hasta las localidades de la costa a causa del viento y las temperaturas extremas.