Escribe Carlos Vargas
Algunos creen que hay una diferencia sustancial entre PPK y Keiko. Para esta gente el apelativo “PPKeiko” les debe parecer completamente inadecuado a pesar de que la propia base fujimorista bautizó con este sobrenombre a PPK cuando este participaba de un mitin por el triunfo de Keiko en las elecciones del 2011.
Es evidente que este apoyo se dio porque PPK defendía en ese entonces los mismos intereses económicos y políticos que Keiko. Y en realidad esto no ha cambiado en absoluto, PPK no ha vuelto a nacer, PPK ha seguido siendo un ex ministro subordinado políticamente a la mafia fujimorista. Todo su gobierno hasta el momento es prueba irrefutable de esto. Tanto en la política económica (más inversión minera, leyes privatistas, esclavitud laboral, etc.) como en las cuestiones políticas fundamentales (bañar en sangre las protestas, defender la constitución fujimorista, impunidad a los corruptos, etc.) han estado de acuerdo. Este mes se cumplen tres años de las protestas contra la ley laboral juvenil de Humala y debemos recordar que en esto también estuvieron de acuerdo. Incluso hace poco PPK estuvo a punto de indultar a Fujimori.
Lo que ha hecho la corrompida prensa burguesa y un amplio sector de la izquierda reformista es vendernos la idea que PPK era una alternativa frente al fujimorismo cuando en realidad nunca perdieron su afinidad política. Sobredimensionaron roces subalternos como el causado por la ley universitaria que efectuaba algunas reparaciones tecnocráticas al edificio carcomido de la educación fujimorista[i]. Disputas secundarias por las prebendas del Estado burgués siempre existirán, incluso dentro de un mismo partido como sucede con Keiko y Kenyi hijos del mismo dictador preso. Ni siquiera se puede hablar de “gobierno de coalición” como hacen los morenistas del PST (LIT-CI), porque estamos ante políticos de la misma clase social e incluso de la misma fracción de clase. PPK es Keiko Fujimori, es PPKeiko.
Sin embargo, las disputas y choques de las últimas semanas requieren una explicación adicional. Se deben directamente a la crisis política generada en casi toda América Latina por los destapes de Marcelo Odebrecht. El imperialismo estadounidense ha utilizado esto sobre todo en Brasil para sacarse de encima al desgastado gobierno de frente popular que le sirvió durante tantos años[ii], sin embargo, el escándalo ha impactado en cada país según su propia realidad política. En Perú, ha puesto en jaque a la casi totalidad de partidos burgueses desde el fujimorismo hasta la agrupación de Verónica Mendoza y Marisa Glave vinculada a la gestión municipal de Susana Villarán. Incluso Goyo Santos y Vladimir Cerrón podrían ser procesados por posibles vinculaciones con Odebrecht durante su mandato regional[iii]. Lo cierto es que Alejandro Toledo está prófugo, Ollanta Humala y su mujer en prisión y Susana Villarán procesada. Ahora todo parece conducir de forma inexorable a la vacancia del mismo presidente de la república como el cuarto chivo expiatorio del resto de políticos de Odebrecht[iv]. ¿Pero es realmente la vacancia su mejor opción?
Odebrecht quiere que sus inversiones sigan en marcha pero PPK y su “oposición” parlamentaria necesitan aparentar que no son sus operadores políticos. Así la “oposición” hace la finta de cuestionar a PPK, PPK se defiende usando al Tribunal Constitucional (TC) y allanando locales, cuatro grandes empresarios van presos, y entonces Odebrecht lanza el destape final que ha puesto sobre las cuerdas a PPK. Pero en realidad nadie quiere tumbar a nadie, ni Keiko quiere la vacancia, ni PPK va cerrar el congreso, nadie quiere que siga cayendo más gente por el caso Odebrecht, a nadie le conviene que se siga hablando del tema. Lo del TC fue hecho al servicio de PPK; no es que los siete sabios del TC despertaron un día como héroes de los derechos humanos, se trata llanamente de una maniobra defensiva del gobierno. Que la dirección de la CGTP haya llamado a defender un organismo “democrático” de siete personas contra el “golpe” de un parlamento, a pesar de todo, votado por millones[v] se debe a que son agentes políticos de la CONFIEP dentro del movimiento obrero y necesitan evitar a toda costa un levantamiento que cuestione todo el orden establecido. Incluso el movimiento “No a Keiko” convocó una marcha contra la vacancia de PPK que fue un fracaso y se han visto obligados a última hora a cambiar de discurso como ya había hecho la CGTP.
Sin embargo, la vacancia no deja de ser una posibilidad real que desnuda la fragilidad de este régimen bonapartista “presidencialista”. La dictadura presidencialista está tan arraigada en la cultura política de este país atrasado, que mientras en Suiza la formación del gobierno por el parlamento es el acto democrático más elevado, aquí es presentado como un “golpe de Estado”, un “golpe parlamentario”, aunque nadie se haya molestado aún en explicar científicamente tan fantástica asociación de conceptos. Hay gente que incluso pide el cierre del congreso por estar controlado por un dictador que en 1992 cerró el congreso. Si el parlamento está lleno de criminales se debe sencillamente a que todos representan una clase social criminal que sigue defendiendo hace siglos un sistema económico caduco. Ninguna de las promesas de “regeneración moral” se han cumplido y esto atañe también a la izquierda pequeño-burguesa que combina su postración política con la vulgaridad intelectual. Esta forma de régimen bonapartista no va más y esto lo sabe bien la burguesía, y las masas también lo están comprendiendo. Lo que nos espera en el futuro es más militarismo, sin embargo, esta “democracia” excepcional de 17 años quizás resista un tiempo más.
La vacancia es una posibilidad pero no por las razones que hasta ayer venían esgrimiendo casi todos los reformistas. A estas alturas el cuento de que “PPK será de derecha pero peor es la mafia fujimorista” ya no se lo creen ni ellos mismos. La calle ya está imponiendo la acertada consigna ¡que se vayan todos! que refleja el profundo rechazo de los trabajadores al conjunto de partidos de la CONFIEP pero también su desconfianza por esos “progresistas” que 18 meses atrás los llamaron a votar por el “mal menor”. Como ya se ha dicho, nadie quiere la vacancia de PPK por un escándalo que embarra a todos, pero además está el hecho de que la caída sumaria de PPK podría alentar nuevas luchas. Por eso Kenyi ya se ha pronunciado en contra y Luz Salgado plantea la opción intermedia de la renuncia voluntaria de PPK pero no la vacancia. Los que sí han planteado la vacancia son los congresistas del “antiminero” Marco Arana debido a que temen perder el control de sus bases provinciales y campesinas que hace tiempo quieren que se vayan todos.
Esta es la verdadera y única razón para una posible vacancia o renuncia de PPK, el temor a un estallido revolucionario contra un escandaloso pacto de impunidad total a favor de Odebrecht y sus partidos políticos. Más allá de las formalidades jurídicas, los plazos de la vacancia le dan a la CONFIEP el tiempo que necesita para medir la fuerza de las movilizaciones que se han convocado. Si estas se extienden y radicalizan, la vacancia o renuncia de PPK será la mejor alternativa para salir provisionalmente de la crisis, aunque estén conscientes que podría volver y con más fuerza aún el próximo año. Por lo pronto la mayoría de líderes de los gremios empresariales ya se han pronunciado contra la salida de PPK y empiezan alertar sobre un supuesto “impacto económico negativo”. Si los partidos burgueses terminan apostando por esta vía, pasarán a respaldar “críticamente” la represión que PPK va a lanzar contra las masas indignadas por el triunfo del pacto de impunidad. Sea como sea, estamos frente a una de las más grandes crisis del actual régimen “presidencialista”.
Si en las próximas semanas estalla la movilización revolucionaria de las masas, no se deberá simplemente al escándalo provocado por Odebrecht. A las masas hambrientas del país hace tiempo que se les da de comer falsas promesas. Ya están cansadas de todos los políticos burgueses y la izquierda chavista no les parece ninguna alternativa. Por otro lado, la economía nacional tampoco da muestras de una sólida reactivación y la burbuja de sobreendeudamiento que sostiene su crecimiento rastrero puede reventar en cualquier momento. La raíz última de la actual crisis política en Perú es pues económica y tiene que ver con la crisis mundial del capitalismo desatada a mediados del 2007. Esta crisis ya ha desencadenado grandes cambios políticos en todo el mundo. La revolución árabe, masacrada hoy en Siria, es una de sus consecuencias más directas. La nueva ofensiva criminal del Estado yanqui-sionista de Israel sobre Palestina también está asociada a esto. Igualmente, la insurrección fascista en Ucrania y la respuesta revolucionaria de sus trabajadores mineros se explican por la crisis económica mundial, así como la caída del gobierno de Rumania por una ley que blindaba la corrupción. En América Latina vemos como la Venezuela de Maduro está en un callejón sin salida y Brasil no recupera su estabilidad después del impeachment contra Dilma. Perú no está blindado frente a estos cataclismos políticos y su actual crisis es prueba de ello.
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[i] <https://zonaobrera.wordpress.com/2016/12/11/debemos-defender-a-ppk-del-fujimorismo/>
[ii] <http://nrci.org/blog/2016/06/17/brasil-una-nueva-bancarrota-del-frente-popular/>
[iii] <https://elcomercio.pe/politica/afirman-odebrecht-capto-cuatro-candidatos-gobernadores-2010-433082>
[iv] <https://zonaobrera.wordpress.com/2017/03/03/toledo-chivo-expiatorio-de-todos-los-partidos-burgueses/>
[v] <https://zonaobrera.wordpress.com/2016/04/20/elecciones-en-peru-una-interpretacion-marxista/>