Buscan responsables. Viajes demorados, molestias por parte de los ciudadanos que desde tempranas horas de ayer se congregaron en distintos aeropuertos del país para pasar una agradable Semana Santa, pero se toparon con una inusitada huelga de controladores aéreos que alteró completamente su agenda prevista. Desconcierto y miles de soles en pérdidas fue el resultado del mal manejo del Ejecutivo y el Sindicato Unificado de Controladores Aéreos del Perú (SUCTA Perú).
Ante ese ‘descontrol aéreo’ el ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), Nicolás Bustamante, consideró que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), encabezado por Betssy Chávez, es el que debe responder por haber declarado “procedente” la huelga la mañana de ayer.
“Es una pregunta que el mismo Ministerio (de Trabajo) debe responder”, respondió el ministro al ser consultado por la Resolución Directoral General, publicada el 1 de abril, en la que se autoriza la medida de fuerza.
Ante la insistencia de la prensa, el ministro Bustamante evitó ahondar en el tema, asegurando que su preocupación fue que se restablezca el servicio en los aeropuertos del país.
“La preocupación nuestra ha sido ver que se restablezca el servicio, posteriormente vendrá la evaluación. (…) Considero que el Ministerio de Trabajo tiene todos sus mecanismos legales para poder emitir o adoptar una decisión”, manifestó.
Pese a que el paro ya había sido anunciado hace dos semanas, recién ayer al mediodía el Ejecutivo pudo sostener un acuerdo temporal con el sindicato de controladores aéreos, quienes han dado un plazo para que lo conversado con el Gobierno se plasme en la brevedad posible.
Con esta medida buscaban que la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac), empresa adscrita a la cartera de Transportes y Comunicaciones, cumpla con acuerdos firmados con anterioridad vinculados al servicio de movilidad, el pago por trabajar los días 31, un laudo arbitral para el incremento de remuneraciones y la separación de un grupo de gerentes, señalaron.
Dado que ellos tienen a su cargo el aterrizaje y despegue de aviones para que, por ejemplo, no se crucen en el espacio aéreo, la suspensión de su labor afectó o canceló 29 vuelos, según Corpac (en coordinación con las compañías); y dejó a 8.000 pasajeros varados, de acuerdo a las cifras de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Esto se vio reflejado desde muy temprano en aeropuertos como el Jorge Chávez, del Callao, donde cientos de turistas se enteraron, de forma intempestiva, de las cancelaciones. “No nos dan información en las aerolíneas. No tengo dónde quedarme aquí. Mi familia es de Cusco”, contó Beatriz Huamán.
Juan Francisco de Jesús, de República Dominicana, estuvo en la pista de despegue por 45 minutos y luego debió abandonar el avión. Otros como Pablo Villanueva solo sobrevolaron Cusco para luego volver a Lima.
Similar situación se vivió en los aeropuertos Alejandro Velasco Astete, de la ciudad imperial, y Alfredo Rodríguez Ballón, de Arequipa. “También hemos perdido tours a Ica por el paro de transportes. No quiero volver”, dijo una turista mexicana.
La CCL sostiene que hubo afectaciones directas en cinco aeropuertos, incluidos los de Ayacucho, Tacna y Trujillo. A diferencia de Corpac, estima que se han cancelado o retrasado 45 vuelos. “Es una fecha clave para el turismo que deja sin ingresos a transportistas, artesanos, guías. La decisión del Ministerio de Trabajo no ha tomado en cuenta este enorme daño”.