Hotel El Dorado de Iquitos celebra este 29 de noviembre sus 35 años de existencia, consolidándose como un referente de la hotelería en la Amazonía peruana. Esta importante fecha marca la trayectoria del primer hotel del «Grupo Dorado», que desde su inauguración en 1989 ha sido símbolo de éxitos y reconocimientos, gracias a su enfoque en estrategias hoteleras innovadoras y atenciones personalizadas.
A finales de los años 80, el Perú enfrentaba una crisis sin precedentes: el terrorismo y una hiperinflación que golpeaba la estabilidad económica y social del país. Mientras muchos inversionistas emigraban en busca de seguridad, Juan Alberto Rodríguez de la Torre Bueno tomó la valiente decisión de apostar por Iquitos, inaugurando el 29 de noviembre de 1989 el primer hotel moderno de la ciudad. Diseñado para satisfacer a los huéspedes más exigentes, el Hotel Dorado marcó un antes y un después en la oferta turística de la región.
Juan Alberto Rodríguez de la Torre Bueno.
El éxito del Hotel El Dorado fue el punto de partida para la creación y adquisición de nuevas propiedades bajo el paraguas del «Grupo Dorado». Entre sus hitos más destacados está la construcción de la discoteca NOA, un espacio que redefinió la vida nocturna en Iquitos. Además, se inauguró el Dorado Plaza, que más tarde se transformó en el Hilton DoubleTree, el único hotel cinco estrellas en la Amazonía peruana. Por último, el grupo amplió su oferta con la adquisición del Hotel El Dorado Express, dirigido a un segmento más económico, pero igualmente exigente.
En la actualidad, Hotel El Dorado cuenta con 60 habitaciones, de las cuales 20 son suites de lujo. Sus instalaciones incluyen un moderno business center, un restaurante de alta cocina, y salones de conferencia ideales para eventos corporativos y privados. Cada espacio está diseñado para ofrecer una experiencia que combina comodidad, exclusividad y el encanto de la Amazonía.
Más allá de su infraestructura, el verdadero éxito del Hotel El Dorado radica en su filosofía de hacer sentir a cada huésped como parte de una gran familia. Sus pasillos guardan historias de hospitalidad y dedicación que han dejado una huella imborrable en quienes lo visitan. Este compromiso con el servicio personalizado ha sido clave para consolidar su reputación y garantizar su relevancia en el tiempo.
(Columna publicada en Diario UNO)