Familias desesperadas, esposas y madres entre el lamento y el llanto en medio de imágenes espeluznantes de cadáveres envueltos en bolsas negras por el COVID-19 , es lo que va dejando un virus mortifero que ha cobrado la vida de 728 peruanos.
La crisis sanitaria no da tregua, los hospitales y morgues colapsadas se suman a las escenas de cadáveres que llegan desde provincia en mototaxi. Médicos y enfermeras luchan incluso trabajando a la intemperie, en medio de la desesperación de familiares y pacientes que exigen una pronta atención.
Panorama detalla los días más críticos del COVID-19, el reportaje señala: «Las regiones de nuestro país han mostrado las imágenes más descarnadas como consecuencias del COVID-19, en Lambayeque los mortuorios son los pasillos de los hospitales y los féretros son los autos. En Loreto está a un paso de convertirse en la Lombardía peruana, sus imágenes son de guerra más que de pandemia. Los fallecidos se entierran en nuevo terreno alejados de la ciudad».