Escribe Luis Alfredo Narváez (Experto en Branding)
Si sospechas que tu jefe revisa tu Facebook; o si alguna vez dejaste abiertas las sesiones de tus redes sociales en el trabajo; o tuviste que volver a casa a toda máquina porque olvidaste el smartphone… entenderás de qué va el título de la columna: tú también eres una marca, todos somos marcas y como tal generamos y compartimos información online de manera desmedida todo el tiempo, y desde casi todos los lugares del mundo.
Nunca antes como ahora hemos estado conectados a este nivel. El capitalismo tardío y la globalización no nos pusieron el mundo a los pies, sino pusieron el mundo en nuestras manos. Y claro que tenemos el poder, nuestra opinión cuenta porque lo que nos emociona a nosotros también sensibiliza al otro.
A este nivel, todos somos influencers (podemos influenciar en las decisiones de otras personas), pero no queda aquí, con total certeza podemos asegurar que hoy en día todos somos marcas.
Estamos muy acostumbrados a las marcas, están en todos lados; desayunamos marcas, viajamos en marcas, almorzamos marcas, nos acostamos a dormir sobre marcas, no exageraríamos si afirmamos que toda nuestra experiencia de vida gira alrededor de ellas. Todos somos marcas: empresas y personas dejamos huellas en los demás, pero, qué es ser una marca.
Las primeras “marcas” aparecieron hace mucho, cuando los hombres marcaban animales para identificar la propiedad y el concepto ha evolucionado bastante hasta el día de hoy, pero en el fondo sigue tratándose de lo mismo: ser una marca es dejar huella en los demás, ser una marca es dejar señales nuestras en el mundo que nos hagan más identificables. Ser una marca se trata de conectar nuestra identidad, comunicando ello que nos hace únicos, a la vez que nos asocia y acerca a nuestros similares.
Jeff Bezos, fundador de Amazon.com, tiene una forma sencilla y casi poética de explicarlo: ‘La Marca es aquello que dicen de ti cuando no estas.’ Quedémonos con esta definición para comenzar a comprender la importancia del Personal Branding en cuatro breves pasos.
Uno. Establece objetivos claros: si te digo que hoy en la noche puedes resetear tu vida mientras duermes y a partir de mañana comenzar desde cero, ¿qué tipo de trabajo buscarías?, ¿cómo te comunicaría con tu entorno?, ¿qué valores quisieras que reconozcan los demás en ti?… imagina el escenario, responde esas preguntas y estaremos listos para empezar.
Dos. Construye tu marca personal: ahora que tenemos claros los objetivos, es hora de ponernos en marcha hacia la dirección trazada. Si quieres conseguirlo se real y único, comunícate coherentemente y hazte notar.
Tres. Alimenta el fuego: ya tienes un plan y comenzaste a actuar rumbo a ello… es momento de usar las redes sociales y todos los canales disponibles para hacerlo real. Deja de soñar contigo mismo y comienza a publicar contenido relevante en tus redes sociales. Dinamiza tu entorno y propaga tu imagen manteniéndote enfocado y recordando tus objetivos sobre todas las cosas.
Cuatro. Escucha a los demás: tu marca personal ya está en acción, pero para conquistar la opinión pública es necesario oír al otro. Desapégate del ego y toma en cuenta los consejos de tus semejantes. Mantente abierto a revisar tus estrategias. Y recuerda, las grandes marcas son flexibles y cercanas.