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“Historia de un animal-niño-chico”, por Elvis Herrada

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Un cuento de Elvis Herrada

Un día un animal se convirtió en niño y éste en un chico que vomitaba flores por las mañanas, y saludaba a su mamá con buenas noches, y se alimentaba de lágrimas, y leía la suerte con las cartas que le enviaba su abuela desde el más allá.

Un animal-niño-chico que veía la televisión con sus audífonos malogrados, pero escuchaba silente la garúa de la mañana cuando la ciudad se incendiaba con galaxias multicolores.

Era un animal-niño-chico que no comía porque tenía ladrillos en la panza y que no rezaba porque su papá le cortó la lengua con la pluma de los patos que dormían en su jardín.

Y que no quería dormir porque le daba sueño, y cuando soñaba se le aparecía su madre y le recordaba que sus zapatos tenían huecos rellenos de calabazas y mermelada de fresa, por eso cuando tenía que ir al colegio él se confundía y aparecía en el cielo, y las aves le preguntaban qué hacía volando si no tenía alas, y los aviones pasaban por su lado con su trenes de aterrizaje fuera, y las nubes le escupían garúa a sus ojos de melamine, pero como no tenía limpiaparabrisas se compró una franela para botar la caca de las palomas de su cara, pero esto no le servía de mucho porque su cara tenía acné y las heces más la grasa embellecían su rostro como si fuera piel de ganso.

Por eso una vez un cazador le disparó pensando que era una vaca voladora y él cayó a la tierra de cara contra el suelo, y se amortiguó con villancicos de su madre, y ella de nuevo le gritaba que sus zapatos estaban con mermelada y él no sabía qué decir porque su papá le cortó la lengua, y como ya no había nada por suceder, se durmió mirando el suelo de algodón y plumas que se convertirán en una suave y espumosa convulsión.

No despertará.

VERSIÓN FRANCESA

Un jour, un animal se changea en enfant, qui, á son tour se changea en un garçon qui vomissait des fleurs le matin, saluait sa meré d’un “bonne nuit”, se nourrissait de larmes, et lisait le destin dans les lettres que lui envoyait sa grand-mére depuis l’au-delá.

Un animal-enfant-garçon qui regardait la télévision avec un casque abimé, mas qui, silencieux, écoutait la bruine du matin quand la ville s’embrasait de galaxies multicolores.

C’était un amila-enfant-garçon qui ne mangeait pas parce qu’il avait des briques dans le ventre et quit ne priait pas parce que son pére lui avait coupé la langue avec les plumes des canards qui dormaient dans so jardín.
Et qui ne voulait pas dormir parce qu’alors il revait, et que quand il revait, sa mére venait lui rendre visite pour lui rappeler qu’il y avait dans ses chaussures des creux remplis de courges et de confiture de fraise; voilá pourquoi quand il devait aller á l’école, il se trompait et apparaissait dans le ciel, oú les oiseaux lui demandaient ce qu’il faisait lá, á voler alors qu’il n’avait pas d’ailes, oú les avions passaient á coté de lui avec leurs trains d’atterrissage sortis, et oú les nuages crachaient de la bruine sur ses yeux de mélamine.

Ne disposant pas d’un essuie-glace, il acheta un chiffon pour nettoyer le caca des pigeons sur on visage, mais ça ne lui servait pas á grand-chose parce que vu qu’il avait de l’acné, le gras et les fientes l’embellissaient, comme s’il avait une peau d’oie.

Raison pour laquelle, un jour, un chasseur lui tira dessus wen croyant qu’il s’agissait d’une vache volante; il tomba face contre terre, sa chute amortie par les chansons de sa mére, qui recommençait déjá á lui crier que ses chaussueres  étaient maculées de confiture, tandis que lui ne savait pas quoi dire parce que son pére lui avait coupé la langue, et s’endormit en regardant le sol de coton et de plumes qui se changeaient en une douce et écumeuse convulsion.

Il ne se réveillera pas.


Elvis Herrada
Traduction de l’spagnol (Pérou)
Camille Lamarque PUBLICADO EN EL LIBRO Lectures de Perou editado por la Universidad de Poitiers Francia.

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