Política

Hijas de ‘Chibolín’ en la mira de la DEA

Dos agentes de la DEA se contactaron con la fiscalía peruana para recabar toda la información sobre su padre.

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La ruta del dinero. Se pasean por mansiones, usan ropa exclusiva, manejan autos de alta gama, exhiben costosísimas joyas, pero todos se preguntan cómo lo hacen con su sueldo de influencers. Génnesis y Josetty Hurtado estaban pasando por alto en el mega escándalo que se originó tras la revelación de sus oscuros nexos entre su padre y personajes vinculados a la política, la farándula y demás empresarios, pero tras la caída de ‘Chibolín’ ahora dos agentes de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) ya les siguen los pasos a las hijas del conductor televisivo.

Un ex asistente de ‘Chibolín’ contó al programa Beto a Saber que su ex jefe enviaba dinero a sus hijas desde Perú en distintas armadas. Para no levantar sospechas, el conductor de televisión no hacía las transacciones bancarias a su nombre, sino que se las encargaba a sus trabajadores. Precisamente, uno de ellos, apodado “Chamo”, detalló cómo eran estas operaciones encubiertas.

Sus hijas no tienen ni un dólar, todo es pantalla. Se compraron un (auto) Rolls-Royce, por carro dieron 150,000 dólares en on paid me (parte de pago), pero la mensualidad de su casa donde viven acá en Los Ángeles, su carro, sus gastos de la mamá de sus hijas en Miami, todo corre a cuenta del señor Andrés. A través de sus trabajadores, él manda el dinero”, relató.

El “Chamo’ añadió a su relato que el banco no permite enviar más de 7 mil dólares al extranjero, y por ello se “pitufeaban” las transferencias en montos de 6 mil o 7 mil dólares americanos.

¿Y cómo lo hacen? Hijas de ‘Chibolín’ ahora se encuentran bajo la atenta mirada de la DEA.

Según fuentes del diario Perú 21, la DEA se aproximó inicialmente a la fiscal Alejandra Cárdenas, que trabaja para el fiscal supremo Alcides Chinchay, al detectar que tenía las pesquisas más avanzadas. No obstante, las diligencias de Cárdenas se enfocan en delitos de corrupción de funcionarios públicos, no de lavado de activos.

Su principal función es esclarecer si existió tráfico de influencias entre Hurtado y, por ejemplo, la fiscal superior Elizabeth Peralta, quien habría requerido hasta US$1 millón para conseguir la devolución de cinco barras de oro incautadas al empresario Javier Miu Lei en 2020.

La Agencia Antinarcóticos, de acuerdo con las fuentes del citado medio, no ha dejado su interés de colaborar con el despacho que dirige Chinchay. De hecho, la hipótesis que maneja ahora la Fiscalía Suprema es que Hurtado pudo pagar coimas a jueces y fiscales con dinero que provino del sistema estadounidense.

Pero ahora Estados Unidos ha orientado sus esfuerzos hacia el fiscal de Lavado de Activos, José Manuel Espinoza Vin, que hace una semana incorporó a más investigados en el caso Chibolín.

Semanas atrás, las hijas mayores de ‘Chibolín, salieron a explicar que sus ingresos se deben a su trabajo como influencers, pero eso le resulta poco convincente a las autoridades de Estados Unidos, especializadas a nivel mundial en detectar evasiones de impuestos.

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