En medio del desabastecimiento de los hospitales y la falta de camas en el nosocomio de San Juan de Lurigancho, el ministro de Salud Hernando Cevallos no cumple con sus funciones y tiene al sector salud a la deriva.
Diariamente miles de peruanos sufren por la mala atención en los hospitales del Estado y por la falta de camas. En su mensaje del 28 de julio el presidente de la República, Pedro Castillo, señaló que la Salud durante su Gobierno sería un derecho fundamental que el Estado garantizará. Lamentablemente teniendo en el cargo al ministro Hernando Cevallos nada de esto se esta cumpliendo. El Estado no esta garantizando la salud para los más pobres.
Lamentablemente en la agenda del ministro de Salud se prioriza reuniones con el Presidente de la FPF Agustín Lozano, para decidir que los partidos de la selección peruana se jueguen con público. La frivolidad del ministro Cevallos ignora el sufrimiento de las personas de bajos recursos que entre lágrimas pasan la noche sentados en una silla esperando una cama.
Otra de las tareas que el ministro de Salud viene realizando, es la de defensor del Premier Guido Bellido. Sus recientes declaraciones sobre las fotos del Premier con Abimael Guzmán y la bandera de Sendero Luminoso solo desvirtúan su verdadero rol que debe cumplir un ministro de Salud.
En una entrevista con un medio local, el ministro Cevallos remarcó que no hay evidencias que puedan unir a Guido Bellido y Sendero Luminoso. En ese sentido, resaltó que las fotografías del premier junto a la bandera de Sendero Luminoso, solo puede proponer «deducciones subjetivas». Pero ante la crisis del MINSA no quiere decir ni una palabra.
Otra de los graves errores del ministro Cevallos, es el silencio. Van ocho días desde que nos comunicamos con su jefa de prensa Claudia Lu Panta y hasta la fecha no hemos recibido la respuesta para la confirmación de nuestra solicitud de entrevista por el caso del hospital de San Juan de Lurigancho.
A esto se suma que el sector Salud es uno de los más afectados por la pandemia y sus trabajadores tienen que doblar esfuerzos para atender la gran cantidad de pacientes, muchas veces haciendo turnos de hasta 36 horas sin dormir y sin recibir un centavo a cambio, y lo peor de todo es que sus contratos laborales se encuentran tercerizados.
Esto fue lo que le dijo un enfermera al presidente Castillo mientras realizaba ayer una visita inopinada al Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN). “Quien le habla tiene ocho años trabajando en la condición de tercero. No tenemos seguro, vacaciones, no tenemos certificaciones ni bonos, y en toda esta pandemia hemos trabajado sin ningún tipo de beneficio”.
Trabaje ministro Cevallos, no se la lleve fácil.
