Observo este acrílico de Oskar Olazo Tupa y me enredo con sus formas singulares que me recuerdan la de los peces nativos como el suche o la trucha y quizás de aquellas larvas de las ranas serranas llamadas renacuajos, quedo estática ante esa imagen que es y no quiere ser la del universal Quijote, pero me digo “este es un Quijote andino, porque no va montado en su famoso caballo Rocinante, sino en un gallo…!” aunque después me distraigo en la serie Figura y Geometría y me acerco al famoso “Cargador “ que a lomo de espalda llevaba pesados bultos y según parece aún quedan algunos, en el tradicional Mercado de San Pedro, pero ojalá con mejor suerte.
Mientras recorro esta sublimal colección, también encuentro un saludo para Picasso, como a las Tres Gracias Andinas, un Warayoc a la manera de Sabogal, los Génesis y Brutalidad 1 y 2. Esto solo a vuelo de pincel y como parte de los “50 Años, haciendo y desfaciendo entuertos en el arte”, que reúne más estilos, otras expresiones. Ahora el artista Olazo, se encuentra construyendo nuevas obras, las que deben llegar a 30 para una próxima exposición. “Sólo tengo 18, me dice a manera de queja” es que en el camino, le van adquiriendo sus trabajos, restando así al número que precisa.
Oskar Olazo (1947) es cusqueño, autodidacta y lleva en los genes la herencia de dos artistas que lo precedieron. Su abuelo Ernesto Olazo Allende, fue el escultor que junto a Agustín Rivero y otros colaboradores, creó el famoso Cristo Blanco nominado también como el Cristo Redentor. Esta emblemática imagen desde la cima del cerro Puncamoqo, extiende los brazos abrazando al Cusco y a sus habitantes, desde 1945.
Francisco Olazo o simplemente Pancho Olazo, fue un eximio artista plástico, uno de los fundadores de la ex Escuela Nacional de Bellas Artes y perteneciente a la generación de oro, pues junto a él se encuentran los grandes pintores Julio Gutiérrez, Mariano Fuentes Lira, Juan G.Medina, Teófilo Benavente.
Olazo, ha trabajado en las artes plásticas desde muy joven, dejando de lado su especialidad de Ciencias Biológicas. Es fundador del grupo Illary y IMAPIMUSPO, una organización de arte de diferentes disciplinas. A partir de los 70 ha expuesto a nivel local, nacional y sudamericano. Fue director de eventos de la Asociación de Artistas Plásticos de Cusco.
Lima Gris conversó con este artista multidisciplinario y de diversos estilos.
Trato de definir tu estilo y no logro hacerlo, pues dentro de la variedad, encuentro un surrealismo vestido, por así decirlo, de indigenismo y a la vez una suerte de Figurativismo. ¿quisiste hacer una simbiosis de estas tendencias?
Bueno, yo también trato de definirlo (es un decir, pues en realidad no me preocupa), creo que tiene un poco de todo; en principio la «variedad» corresponde a diferentes épocas de mi trabajo, el cual hace más de 50 años empieza con la figuración realista, especialmente paisajística, hoy es unas veces neofigurativo, otras abstracto y, quizá también, surrealista, todo esto con relación a la «Serie Onírica» que vengo trabajando en estos últimos años, ya que, anteriormente, hice la serie «Paisaje y Geometría» que, como su nombre lo dice, hace una simbiosis de ambos elementos, resultante de la observación de la geometría contenida especialmente en el paisaje urbano, desarrollando sus posibilidades estéticas que sirvan para evitar lo figurativo realista que , creo, ya está ahí, construido, y sólo debe ser un pretexto para dar paso a la creatividad.
Entre estas dos series se ubica, y traslapa, «Los Habitantes del Tiempo» que, en extrema síntesis, representa escenas humanas logradas con un mínimo de líneas continuas que, sin embargo, resultan suficientes para mostrar el tema espiritual del que trata. Lo indigenista, o más bien lo ancestral-andino está presente con alguna frecuencia en las series anteriores como un fluir natural de mi naturaleza plena de Ande; esto es algo que no procuro ni lo evito intencionalmente.
Definitivamente esos difuminados me dan la sensación de un ambiente andino, con lluvias y niebla persistente, ¿así lo sientes?
Yo pasé espacios de tiempo de mi niñez en el campo, en el Valle Sagrado, en Calca específicamente, y quedó registrado en mi memoria esos frescos amaneceres con niebla que le dan una tenue suavidad a la atmósfera, de modo que, especialmente cuando hago figuración paisajística (en mi estilo geométrico), lo cual no es muy a menudo, esa sensación es trasladada al lienzo.
Dentro de la gama de variaciones, me parece que has resuelto por uno que con semejanzas de otros estilos, sea tuyo, que tenga tu propio sello.
Creo que las tres series antes mencionadas responden a un estilo muy personal y claramente definido. Posiblemente mi condición de autodidacta ha sido una ventaja en ese sentido, pues me parece inevitable recibir influencia de los maestros que nos formen en el oficio.
¿En qué te facilitan tus estudios de ciencias biológicas, en tus trabajos pictóricos? ¿Abandonaste la carrera o trabajas paralelamente en las dos especialidades?
Diez años de mi vida dediqué al desempeño de mi trabajo en laboratorio, fue una experiencia enriquecedora que ejercí simultáneamente con el arte y ese acercamiento y observación del microcosmos, me llevó al deleite de encontrar composiciones «abstractas» maravillosas siendo verdaderamente, realistas, pues existían físicamente y de un modo natural. Me parece que de esa experiencia se fijó en mi subconsciente una linealidad formal y color que hoy, cuarenta años después, se expresa sin proponérmelo, especialmente en la «Serie Onírica» que vengo produciendo, en la que se perciben formas globulares o ameboideas que surgen espontáneas en secreta complicidad con el azar.
Conociste ya joven la obra de tu padre, el pintor Pancho Olazo. ¿Influyó de alguna manera en tu carrera inicial?
Siendo aún niño veía con admiración los trabajos de mi padre y sentía como una obligación moral seguir en el camino del arte que él con tanto amor había transitado. Empecé copiando algunos dibujos y después pinturas. Ya joven , con los ímpetus propios de la edad, me sentí en la capacidad de buscar formas nuevas de expresión, que me aproximaron al surrealismo, la abstracción y otros vericuetos del arte, creando en mi personalidad artística ese estilo personal del que hemos hablado y que me da satisfacciones y mayores desafíos.
La exposición que preparas será en Cusco, Lima o en alguna capital latinoamericana, ¿para cuándo y con qué título la presentarás?
Estoy en el proceso de consolidar una producción un poco más amplia de la «Serie Onírica», que por ahora lleva ese título, todavía no he concretado acuerdos pero es posible que la presente en Cusco, Lima y en dos ciudades del país y Dios mediante, fuera también (posiblemente Brasil y República Dominicana) .