“Creo que un artista quiere alcanzar continuamente el borde de la nada el punto donde ya no se puede ir más lejos”
Harry Callahan nació en 1912 en Detroit. Cursó estudios de ingeniería en Michigan, él recordaría en una entrevista que en estos años hizo pequeños esfuerzos para acoplarse a la carrera, mas esto no colmó sus expectativas. Desde niño había sido un estudiante de rendimiento promedio, se interesó por la mitología y los deportes. La religión ocupó un aspecto importante en su niñez, la imagen de su madre se uniría a este recuerdo,en la juventud empezaría a cuestionar este aspecto de su vida, sin embargo el contacto espiritual con el mundo seria un punto de búsqueda, sus imágenes nos hablarían más adelante de ello.
En 1938 se introduce accidentalmente en la fotografía, estaba interesado por la cámara cinematográfica de un amigo, sus posibilidades económicas hicieron que desistiera de esta opción y se inclinase a adquirir una cámara fotográfica .Callahan recordaría este evento con mucha satisfacción, había escogido la materialización de un camino aun no del todo consciente.
“Pienso que he tomado cerca de 40 000 negativos y tengo aproximadamente 800 imágenes que me gustan”.
Junto a un compañero empezaría la exploración en el cuarto oscuro, sus imágenes no le fueron del todo satisfactorias, la dirección aun se mostraba confusa. Veía algunas técnicas mixtas en la fotografía, pero esto incrementaba más aun sus dudas. Siendo ya miembro del club fotográfico en Detroit, Callahan asiste a una conferencia de Ansel Adams, este encuentro marcaría una gran influencia en el joven fotógrafo, tomaría sus consejos técnicos como mandamientos, a los cuales se rigió por algún tiempo. El excepcional trabajo de este maestro de la fotografía le mostraría la perfección que se puede lograr en una imagen a través del uso de cámaras de gran formato y el uso de lentes de alta calidad. Esta aproximación también influiría en los temas que abordaría mas adelante, se vería tentado a encontrar la perfección en los tonos, el manejo consciente de las zonas en el negativo, puntos de suma perfección en el trabajo de Adams. A diferencia de Adams que plasmaba el paisaje como un todo orgánico, él fragmentaria este panorama en detalles que a su vez convirtiéndose en todo, formarían una nueva imagen, la naturaleza se revelaba abstracta desafiando de esta forma el concepto de una foto de paisaje.
“Mi valor se sustenta en el hecho de que soy un hombre para quien un mundo visible existe”
Experimentó con diversas técnicas, exposición múltiple, sistema de zonas, extremo contraste, enfoque, desenfoque y montaje. Su perfeccionamiento técnico y compositivo resaltan los efectos de la luz en los edificios, las proyecciones de sombras creadas por las personas, los tonos de las superficies y sus texturas, las líneas, sombras y relaciones eométricas en el plano , descubriendo así nuevas formas, el panorama usual urbano se vuelve un espacio armonioso, nuevo y dinámico.
Es a través de su constante trabajo, toda una vida fotográfica y no dedicada a la fotografía, pues imagen y privacidad se amalgaman perfectamente en sus imágenes, que nos hace sentir la integridad de las personas a quienes amó: Eleanor y Barbara, esposa e hija, a quienes fotografiara en repetidas veces. La naturalidad de los retratos, el silencio que acotan las imágenes nos descubre la maestría de Callahan para transmitirnos la confianza y serenidad que unía su relación con Eleanor. En este trabajo es donde se siente más lo que él deseaba expresar en sus fotos, una profunda necesidad interior de mostrar lo esencial de la vida y la capacidad de hacer compartible estas sensaciones al espectador.
Una fotografía nos muestra parte de la subjetividad de su creador, el encuadre elegido, la perspectiva son evidencias de la decisión tomada al exponer la imagen, las prioridades del autor resaltan dentro de este espacio. En su limpieza compositiva, equilibrio y elegancia queda su visión de la vida, la inmediatez de sus imágenes, su sencillez y a la vez complejidad forma parte de la subjetividad de su creador, el encuadre elegido, la perspectiva son evidencias de la decisión tomada al exponer la imagen, las prioridades del autor resaltan dentro de este espacio. En su limpieza compositiva, equilibrio y elegancia queda su visión de la vida, la inmediatez de sus imágenes, su sencillez y a la vez complejidad forma parte de la gran importancia que Callahan le dio a la experiencia como herramienta para formar a un artista. Para él fotografiar era una aventura equiparable con la vida misma, cabria decir que quedan sus fotografías para relatar su historia, pero seria un comentario incompleto, entonces diré: Queda una conexión entre sus fotografías y el interior, un nexo entre los ojos y el ser.