Ahora sí, finito, se acabó al fin. El país estuvo en vilo por casi 5 días. La incertidumbre es un mal sabor de boca que por más que trates de endulzar con gotas de esperanza, siempre queda el mal sabor, sino pregúntenle a los fujimoristas que por segunda vez consecutiva se les escurre la presidencia entre los dedos, pues, como ya es sabido, tanto en el 2011 como en el 2016 a una semana de la segunda vuelta, Keiko llegó según las encuestadoras con entre 3% y 4% de ventaja sobre sus adversarios y en ambas oportunidades perdió y, ahora duele más porque fue por décimas y nuevamente ven la torta lamiendo el vidrio.
Tuvieron todo para ganar, PPK fue un pésimo candidato, no tenía el training de su oponente, se fue 8 días de viaje a Estados Unidos, estuvo mal en el primer debate, etc. En cambio ellos hicieron casi todo bien, casi. Pero así es esto y deja mucho que desear sus pataletas, corren el riesgo de quedar como malos perdedores. Mucho cuidado con la percepción de la gente, una cosa es ser firme y otra es ser soberbia diciendo que los resultados de la ONPE son confusos, eso les refuerza la imagen de autócratas (una de las causas por las que perdieron), por el contrario deberían de buscar la manera de sacudirse de una vez por todas de ese estigma si es que quieren tentar mejor suerte para la próxima porque sino ya sabemos cuál será el resultado.
La derrota de Keiko a todas luces es más por errores propios que por virtudes de su rival. La gente ya se había olvidado de las declaraciones de Chacón, de Kenji, de Becerril pero otro factor y quizá el determinante, fue no deslindar con Ramírez y Chlimper. Keiko sola se hirió de muerte y era cuestión de días y horas para que termine por desangrarse. La izquierda, con mucho olfato y sagacidad, aprovechó muy bien el costo de oportunidad, dejaron de lado su ideología para quedar como los héroes de la democracia, esa será la bandera que enarbolarán en el 2021, como en el ajedrez, mueves las piezas con mucha anticipación para dar el jaque. Aparte que les es más conveniente tener a un gobierno de ultraderecha como todos suponen que será el de Kuczynski, para que en la siguiente elección el mensaje izquierdista cale sin problemas en la gente, eso hubiese sido más difícil con un gobierno populista de Keiko, ahora en teoría los bolsones D y E solo les pertenecerá a ellos, en teoría, veremos en 5 años si les liga.
Mientras tanto desde este 28 de julio a mediodía aproximadamente, los 130 congresistas electos y el Ejecutivo entrante tienen la gran opción, áurea, de demostrarle al Perú madurez política para viabilizar las reformas que se necesitan a corto, mediano y largo plazo en aras de la visión de país, de la educación, de la consolidación económica, de la tantas veces prometida industrialización, etc. Para eso los hemos elegido, gobiernan para nosotros, aquí no hay un país dividido, nada de eso, todos los peruanos queremos resultados y oportunidades de crecimiento para mejorar nuestra calidad de vida gobierne quien gobierne, ahí los iremos conociendo, ahí iremos viendo quien es quien y que tengan por seguro que lo tomaremos en cuenta, ha quedado claro que tenemos memoria y vaya que muy buena. Así que un apretón de manos y a trabajar porque cuando las papas queman es cuando se puede ver más claramente el temple, la diferencia entre politiquero y político, entre Estadista y gobernante de turno. Estaremos atentos para ver quiénes son los que quieren construir un Perú mejor.