No hay duda que los ministerios más difíciles, en lo que a gobierno se refiere, siempre ha sido el de Economía y el del Interior, mientras que, en lo que respecta a Turismo y Cultura, han funcionado como caja chica para pagar prebendas o premiar a un grupo de personas sinuosas, adláteres afines al régimen de turno. Pero esto acaba de cambiar para gracia de los grandes olvidados (de Buñuel) y para pesar de los que han sido destetados contra su voluntad y que ahora lloran, se retuercen de dolor y lanzan furibundos improperios contra Pedro Castillo y Ciro Gálvez.
Lo que ha sido denominado “la argolla limeña”, una banda de niñatos culturosos y artistoides, venía copando, desde hace buen tiempo, todas las invitaciones que llegaban del extranjero. Así gente con poco o nulo talento disfrutaba de viajes, estadías, hoteles de lujo, tours pagados, cuchipandas desde el desayuno hasta la cena y hasta visitas a museos y zonas arqueológicas con souvenirs incluidos y el slogan de “representar al Perú”. Casos verdaderamente patéticos de homúnculos, lambiscones y felipillos mediocres, que, con puro autobombo y relaciones públicas, viajaban orondos y sacando pecho por este país de cartón piedra.
El caso más patético es el de escritores, hijitos de familias pudientes y/o criollos, que se han venido beneficiando todos estos años solo con el fin de apuntalar una especie de costra culturienta que clasista y racistamente invisibiliza a las provincias y le niega el paso a las nuevas generaciones. Incluso hay una señorita terrateniente en el Cuzco que tiene un sinnúmero de propiedades, financia la edición de libros de sus ayayeros y con enrarecido talento venía usufructuando y sacándole provecho al impuesto de todos los peruanos. Si tanto le gusta viajar que viaje con su plata, pues.
Obviamente sus “amigues” legatarias ahora chillan, se jalan los pelos y exigen desde una torre de alucinados: “¿cuáles han sido los criterios para desbarrancar a estos grandes literatos?” y se “lamentan” de haber votado por la izquierda (“que cambie todo pero no nos toquen”, parecieran decir). Otros mandan “cartas de solidaridad” exigiendo explicaciones o se niegan a aceptar la realidad flagelándose las espaldas en público para llamar la atención. Sin importarles siquiera el otro, los provincianos jodidos, artistas y escritores que jamás han sido tomados en cuenta. Y que gracias a esta decisión podrán representar a este Perú bicentenario.
Ciertamente esta Resolución Ministerial que amplía la delegación oficial que representará al Perú en la 35 Feria Internacional del Libro de Guadalajara es polémica porque los nombres de los viajantes ya se habían establecido a clavo y martillo y se ha tenido que borrar con el codo para entregar una lista de “todas las sangres” más inclusiva y lejos de la Lima centralista que mira al mar y le da las espaldas a la realidad. También es cierto que hay varios nombres de escritores y poetas talentosos que han sido descabalgados y que deberían ser tomados en cuenta para la próxima lista.
¡No más advenedizos, turisteros ni mochileros pagados con nuestros tributos!