Por Márlet Ríos
No se puede soslayar que antes de 1970, surgieron grupos literarios importantes en la literatura peruana. Los elementos proletarios, al margen de la academia y de la cultura letrada, son los que predominan en un proceso que se inicia a comienzos del siglo XX. Se produce, de esta forma, un “fenómeno alternativo al modo oficial de hacer cultura durante la república aristocrática” (Espino, 1984, p. 23). Es menester mencionar también que la cultura regional, en cuanto a cultura específica, aporta su propia tradición y sensibilidad al proceso de la literatura peruana. Por consiguiente, se produce un significativo “diálogo entre lenguajes” (Bajtin, 1989, p. 111).
Grupos literarios antes de 1970
Al margen del autobombo de algunos poetas peruanos, muy encomiásticos con sus propios cenáculos, en el siglo XX existieron tres grupos literarios que son importantes no solo para la historia de la literatura peruana, sino también para establecer los hilos o vínculos dialógicos con el imaginario social (Bajtin, 1989). Me refiero a los Poetas del Pueblo, el Grupo Intelectual Primero de Mayo y Liberación, poco conocidos por las nuevas generaciones de lectores y por los poetas jóvenes. En este breve ensayo no abordaremos la trayectoria de los Poetas del Pueblo, nucleados alrededor de la revista Cuadernos Trimestrales de Poesía, cuyo primer número apareció en 1940.
Primero de Mayo y Liberación surgen en 1956, a partir de la eclosión democrática y con el surgimiento de nuevos actores políticos al término del Ochenio de Odría (Movimiento Social Progresista, Democracia Cristiana, APRA Rebelde, Acción Popular, etc.). Existen vínculos entre los dos grupos, pues poetas de Liberación como Emilio Saldarriaga (el fundador, conocido en Talara como el Poeta Mayor), Eusebio Arias Vivanco, entre otros, colaboraron con el colectivo de Leoncio Bueno, Víctor Mazzi, Rosa del Carpio, etc.
Sobre el grupo Liberación, podemos afirmar que se trata de un esfuerzo loable de un grupo de escritores talareños, en el contexto del predominio de una economía de enclave (industria petrolera) y la presencia indiscutible de la International Petroleum Company (IPC) en esa región piurana. De este modo, las luchas concretas de reivindicación de los trabajadores fueron asumidas por Liberación, desde una ideología socialista. “Elegía a Alejandro Taboada”, un poema emblemático de Emilio Saldarriaga, perenniza la lucha y el martirio del sindicalista Taboada, asesinado por instigación de la IPC en 1931:
Naciste astro revolucionario
bajo el sol piurano,
tus miradas de hombre
por mi tierra,
te lavaste tus manos de titán
con petróleo,
y empuñaste la defensa
del obrero
en tu verbo proletario.
Agustín Silva, Eduardo Farro Castillo, Juan Palacios Moscol, Gloria y Lina Burneo Seminario, entre otros, integraron Liberación. Una antología representativa del grupo es Poetas petroleros: primera antología talareña (1961).
Por su parte, el Grupo Intelectual Primero de Mayo se fundó el 7 de julio de 1956 y agrupó a una serie de escritores proletarios como Leoncio Bueno, Miguel Carrillo Natteri, Jorge Bacacorzo, Jesús Ángel García, Teodoro Stucchi, etc. El colectivo publicó varios cuadernos de poesía y atravesó por tres etapas, según Víctor Mazzi. En una tercera etapa, a partir de 1970, ingresan los poetas norteños Julio Carmona y Alberto Alarcón. Primero de Mayo estuvo conformado por obreros de la construcción, dirigentes sindicales, docentes, etc. y desplegó una intensa labor cultural durante más de veinte años, no exenta de polémicas con otros grupos literarios. El primer cuerpo directivo estuvo integrado por Leoncio Bueno, Víctor Mazzi, Eliseo García, José Guerra y Carlos Loayza.
Para Mazzi (1976), los escritores proletarios pueden serlo “tanto por su origen social o por su posición ideológica”. Por consiguiente, se trata de expresar y comunicar “la vivencia y experiencia de la cuestión social y política de la clase obrera, cuya naturaleza siempre entrañe y perfile una fisonomía clasista en tanto se halle la sociedad dividida en clases” (p. 8).
Por otra parte, un sesgo ideológico y prejuicios infames siguen alimentando a los críticos establecidos. De otra forma, no comprendemos que sigan ninguneando a escritores notables y críticos como Rosa Carbonel, Rosa del Carpio, Ricardo Tello, etc. Por consiguiente:
el sistema sociopolítico y sus críticos oficiales alimentan el ego de quienes creen que su poesía (y la de sus grupos) no tiene nada que ver con la política, y eso hace que tanto esos poetas como esos críticos les nieguen valor poético a los otros que creen en —y hacen— lo contrario. (Hernández y Ríos, 2022, pp. 34 y 35)
A manera de conclusión
Por consiguiente, a despecho de los que se creen inventores de la pólvora o la vanguardia iluminada y profética de la literatura peruana, en el siglo XX existieron grupos poéticos influyentes antes de 1970. Asimismo, lo que no se puede soslayar es la coherencia, es decir, se establece una correspondencia entre poesía y ethos, cuando los actos hablan por las palabras en el caso de poetas como Julio Carmona, Leoncio Bueno, Víctor Mazzi, Juan Cristóbal, Edgardo Tello, Javier Heraud, Rosa del Carpio, Feliciano Mejía y tantos otros que no se vendieron por más que un plato de lentejas para transar sin remedio, ante el poder y la fanfarria.
Referencias
Bajtin, M. (1989). Teoría y estética de la novela. Trabajos de investigación. Taurus.
Espino, G. (1984). La lira rebelde proletaria: estudio y antología de la poesía obrera anarquista, 1900-1926. Tarea.
Hernández, M., y Ríos, M. (2022, setiembre). Entrevista a Julio Carmona. Ergo, (6), pp. 32-37.
Mazzi, V. (1976). Poesía Proletaria del Perú (1930-1976). Editorial Jurídica.