Con la cantidad de muertes que hay en Hamlet, solo puede ser un videojuego. Pero alguien tenía que materializar, y de manera literal, la bonita idea, similitud o equivalencia estructural, la magnitud de la analogía. En un ámbito inesperado. Colándose ahí. Y haciendo una película con los castings y ensayos y la presentación de Hamlet EN el propio videojuego… Avatares y voces off y decorados abundantes resultan muy divertidos. Porque el confinamiento pandémico era otro juego, entre angustiante y aburrido, con el que se podía jugar (y si se continuaba vivo no solo darse de cabeza contra la pared y lloriquear). ¡Y vaya si lo hicieron! No fue en ningún videojuego, pero sí en un dibujo animado, cuando escuché a un personaje (Spiderman, hablando consigo mismo, descansando entre rascacielo y rascacielo) decir que la necesidad era la madre de la inventiva.
En el prólogo de la edición castellana donde leí Hamlet por primera vez hace mucho, leí que lo que el lector tenía entre sus manos era Superliteratura. Me impresionó la afirmación, escueta y rotunda. Pero sí, lo comprobé una vez más, al ver esta sorprendente película, pues, como siempre, las palabras concretas de la obra se imponen, parecen estar vivas sin necesitar de nosotros. Parecen crear la realidad. Chispeante densidad retórica, llámalo barroco, compacidad, conceptismo, intensísimo juego de palabras, agudas y graves sonoridades ricas en matices, las palabras son tan ingeniosas como resonantes… suenan bombos, tambores, trompetas, violines… es el genio de una lengua, sin duda. Trabajada por un genio. -De paso, les recomiendo que, si no saben inglés, aprendan inglés para leer a Shakespeare en el original, luego me cuentan; y si saben inglés, corran a leer-.
Borges decía que la literatura era un sueño dirigido, un gamer diría lo mismo de lo suyo. Con toda razón. Pero qué cosa es totalmente dirigida, controlada, donde todo está previsto. Me gustan en ese sentido los errores incorporados, el cine trata de eso, la creación en general, los errores son el mayor acierto, cuando todo sale más o menos bien en la obra, simétrico, homogéneo, sin sorpresas, los directores hacen los cortes.
Y encontrar a gente a la que le interese el experimento, que tenga un compromiso, que tenga tiempo, y cómo aparece gente tan distinta, y cómo es Hamlet, también un videojuego, y un algo más que no se sabe qué es.