Opinión

Gobierno de Dina Boluarte mató el legado de Vargas Llosa y su búsqueda por la verdad y la reconciliación

El actual gobierno que mató a media centena de personas nos quiere sin memoria, sin reconciliarnos con las verdades.

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El escritor peruano Mario Vargas Llosa, ha registrado su nombre en el libro de la inmortalidad, documento que solo los Titanes tienen reservado un lugar. El Premio Nobel de Literatura ha destacado no solo por su brillante carrera literaria, sino también por su activa participación en la vida política y cultural de nuestro país.

Hoy 14 de abril, en el día declarado duelo nacional por la muerte del más laureado escritor peruano, recuerdo como este gobierno, el más inculto y desmemoriado, de un solo trazo, cual niño que ensaya sus primeras grafías que luego desecha, ha descartado toda actividad en el Museo de la Memoria en Perú, un proyecto que busca preservar el recuerdo del terrorismo en el Perú, ese que enlutó al país entre 1980 y 2000.

Lugar que nos recuerda, el episodio más sangriento del Perú, el terrorismo, ese que enfrentó al Estado con grupos subversivos, principalmente Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Este enfrentamiento dejó un saldo trágico de aproximadamente 70,000 víctimas, en su mayoría campesinos quechuahablantes de las zonas más pobres del país. Además de miles de hijos de la patria, militares y policías que enlutaron al país en más de una oportunidad acaparando portadas numerosas.

La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), establecida en 2001 tras la caída del régimen autoritario de Alberto Fujimori, documentó las violaciones a los derechos humanos cometidas por ambas partes del conflicto. Su informe final, publicado en 2003, recomendaba la creación de espacios para la memoria y la reflexión como parte del proceso de reconciliación nacional. El 28 de agosto de 2025 se cumplirán 22 años de la entrega del Informe.

En 2009, Alemania ofreció dos millones de euros para construir un museo sobre el conflicto armado interno. El entonces presidente Alan García rechazó inicialmente la donación, alegando que “el Perú tiene otras prioridades”, lo que generó duras críticas, incluida la de Mario Vargas Llosa: «Por razones obvias, Alemania es sensible a estos temas y no es extraño que un país que ha hecho un admirable esfuerzo para enfrentarse a un pasado atroz con sentido autocrítico y ha conseguido superarlo y es por eso, ahora, una sociedad sólidamente democrática, haya querido apoyar la iniciativa de la Comisión de la Verdad»

Ante la presión pública y el desconcierto expresado incluso por el gobierno alemán, García reconsideró su postura. Finalmente, designó a Vargas Llosa como presidente de la comisión encargada de implementar el Museo de la Memoria, con la misión de asegurar una representación objetiva y amplia de la violencia vivida en el país durante las décadas finales del siglo XX.Lo que resultó sorprendente para muchos fue la firmeza con la que Vargas Llosa defendió la necesidad del museo. El escritor argumentó que, independientemente de las ideologías políticas, era fundamental para Perú enfrentar su pasado como paso previo hacia la reconciliación.

Bajo el liderazgo de Vargas Llosa, la comisión trabajó en la conceptualización del museo, que eventualmente sería denominado «Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social» (LUM). El proyecto arquitectónico, a cargo del arquitecto Sandra Barclay, se ubicó en un terreno de 7,500 metros cuadrados en el distrito limeño de Miraflores, con vista al océano Pacífico.

En una declaración para El Comercio de Ecuador, en diciembre del 2009, el autor de “La Fiesta del Chivo”, sostuvo en relación a la museo de la memoria: “Es un museo sobre la violencia, sobre lo que significa la destrucción de la legalidad, la creencia de que el fin justifica los medios y de que destruyendo y secuestrando se ganan conquistas sociales”.

Su defensa del museo demostraba una comprensión más matizada del terrorismo en el Perú, Sin embargo, el camino no estuvo exento de dificultades. El 13 de septiembre del 2010, Vargas Llosa renunció a la comisión luego de la publicación de la promulgación del Decreto Legislativo 1097 que permitía el archivamiento de procesos por graves violaciones a los derechos humanos. El 21 de marzo del 2011 el Tribunal Constitucional declararía en parte la inconstitucionalidad del Decreto.

Días después de su renuncia, el 7 de octubre de 2010 el autor de “Conversación en La Catedral”, recibió la llamada más importante de su carrera, Peter Englund, el secretario general de la Academia Sueca, le informó que había sido galardonado con el Nobel de Literatura. En un acto de reconciliación con la historia, la humanidad entera escucharía el discurso titulado; “Elogio de la literatura y la ficción” en el que con enérgica voz sostuvo: “Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral’ a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura”.

A pesar de los obstáculos, el LUM fue inaugurado en diciembre de 2015, durante el gobierno de Ollanta Humala, como un espacio para la memoria, el debate y la reflexión sobre el conflicto armado. Su exposición permanente ofrece una visión equilibrada, reconociendo los crímenes de Sendero Luminoso y el MRTA, así como los excesos de las fuerzas del orden.

Desde su apertura, el museo ha enfrentado cuestionamientos. En el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, se retiró una fotografía de Alberto Fujimori por considerarse parcial. En la campaña presidencial de 2021, el LUM volvió a ser objeto de controversia: sectores de derecha lo acusaron de enfatizar los crímenes estatales, mientras que la izquierda defendió su valor como espacio para recordar las violaciones a los derechos humanos.

La memoria de mi padre, SOT2 PNP (F) Leonardo Serrano Vílchez, está preservada en el Lugar de la Memoria a través de una placa conmemorativa que recuerda cómo, el 4 de febrero de 1993, diecisiete efectivos policiales —incluido el Mayor Roberto Morales— entregaron su vida combatiendo a los terroristas de Sendero Luminoso.

Hoy, lunes 14 de abril de 2025, el gobierno peruano ha declarado duelo nacional por la muerte de nuestro escritor más laureado. En un país como el Perú, donde las heridas del conflicto armado aún no han cerrado y las tensiones políticas persisten, espacios como el LUM resultan fundamentales para la reflexión colectiva.

El exdirector del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), el historiador y exrector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Manuel Burga Díaz, sostuvo tras su inexplicable destitución en una entrevista para Ojo Público: “En los lugares de la memoria no es que se cuente la historia, sino que se presentan las memorias”. Y advirtió con claridad: “Los políticos piensan convertir al LUM en un lugar de creación de discursos. Eso sería un atentado contra las familias de los afectados”.

Señora presidenta Dina Boluarte, con indignación expresé en febrero de este año cómo su gobierno le dio la espalda a miles de familias al mantener inerte el Lugar de la Memoria (LUM). Mientras usted continúa repartiendo medallas en pomposas ceremonias a los “Defensores de la democracia”, miles de peruanos siguen esperando que la memoria de sus héroes no se desvanezca entre los pasillos del museo. La cancelación de actividades programadas y la falta de comunicación oficial han generado una justificada percepción de censura y desarticulación en el LUM. Estas decisiones no solo debilitan el rol del museo como espacio de reflexión, sino que también profundizan la herida de quienes aún esperan verdad, justicia y reparación.

Debe saber que el LUM constituye hoy un símbolo de la compleja relación de la sociedad peruana con su pasado reciente. El legado de Mario Vargas Llosa en este proyecto trasciende las divisiones políticas tradicionales y nos recuerda que la cultura de la memoria es un elemento esencial en toda democracia que aspire a la madurez y la estabilidad.

En un mundo donde los autoritarismos de diverso signo ideológico suelen promover narrativas históricas selectivas o directamente falsificadas, bajo la pos verdad es necesaria la defensa de espacios como el Museo de la Memoria representa una apuesta decidida por la verdad, por incómoda que esta resulte. Y en ello, la voz de uno de los más grandes escritores latinoamericanos continúa resonando con particular claridad y vigencia. Descasa en paz Dr. Mario Vargas Llosa.

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