Película dirigida por el director argentino Adrián Biniez y protagonizada por Horacio Camandule y Leonor Svarcas. Una gran historia como su propio nombre, que ha cosechado premios importantes entre ellos está el ‘Oso de Plata’ en la categoría Gran Premio del Jurado, el de Mejor Opera Prima y el galardón Alfred Bauer, los tres en el Festival Internacional de Berlín, y también se llevó el Premio Horizontes Latinos en el último Festival de San Sebastián, entre otros.
‘GIGANTE’ es la historia de Jara (Horacio Camandule) quien es un vigilante detrás de una cámara en el turno de noche de una tienda y de alguna forma un metodista moderno, sin esquemas sociales, ni prejuicios, ni remordimientos. Una persona que no trasciende y flota leve en la existencia tal como los autores connotan la humanidad, tal como el eremita que se regocija en sus abismos y no necesita de esquemas mentales, ni nociones del tiempo, para quien el día vale lo mismo que la noche y sus satisfacciones inmediatas son lo más importante. O el solitario que no necesita de una biblioteca pública y estar rodeado de multitudes para anhelar el silencio y la quietud de las horas sobre el sillón envuelto en aficiones. Jara no es un aficionado y se presenta como el individuo sobrio, autoaceptado, taciturno y quien ha acallado el deseo.
Él se ve inquieto por el peculiar infortunio de Julia (Leonor Svarcas), quien es una compañera de trabajo y que notó en alguna de sus noches de trabajo detrás de la cámara de vigilancia. Julia se presenta graciosa en su infortunio pero en especial por la simpleza con la que ve la vida; entonces esa inquietud pasa por todo tipo de formas desde las románticas hasta enfermizas y la película explica muy bien todas estas venturas las cuales hacen creer en seguida que se trata de una historia acerca de la timidez de un ser que no encuentra como manejarse situaciones como esas. Esa lectura puede no ser del todo completa y presento una muy particular.
Jara es un persona entrenada en los artes del autocontrol y la lógica simple, un hombre para nada complejo y apasionado por sus hábitos; sin embargo esta apacibilidad demanda ningún tipo de deseos que no pueda alcanzar y averiguar qué es esa simpatía o identificación con Julia, es su cometido en los días que transcurren. Se muestra todo tipo de figuras que Jara usa para desnudar aquel sentimiento que no sabe si es sólo una identificación con la necesidad de respirar en la superficie para sentirse otra vez humano y regresar a sus profundidades porque su idealización se desvaneció ni bien fue tocada, quizás esos momentos en la superficie traían memorias que disfrutó y su complacencia dictaba no descubrirse y descubrir un símbolo hueco. Sin embargo la historia gira cuando aquella ilusión puede estar materializada en un ser que comparte sus aficiones o “un bicho raro” como un diálogo cita, cuando sabe que eso que persigue es compatible con Julia.
Iván Osco
