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Galia Ospina: “Julio Ramón Ribeyro es un clásico”

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Galia Ospina es ensayista, poeta y crítica literaria colombiana (Bogotá, 1973). Magistra en educación. Profesional en estudios literarios, Pontificia Universidad Javeriana. Formadora en el área de los talleres literarios de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Ha publicado Julio Ramón Ribeyro: una ilusión tentada por el fracaso, entre otros.

Aquí la entrevista con la escritora colombiana que nos habla de Ribeyro, su formación literaria, su próximo libro de poesía y más.

 

Hola Galia, gracias por tu tiempo. Queremos conocerte un poco más. ¿Cómo se fue desarrollando en ti el gusto por la escritura?

Gracias por esta grata oportunidad de conversar alrededor de la vida y las letras, Luiz Carlos. El gusto por la escritura proviene de mis padres. Mi madre es fotógrafa. De ella heredé el sentido de la visión, el amor por los detalles y la pasión por la belleza. Recuerdo que una vez que paseábamos por el Parque Nacional, me dijo: “¡Mira cómo la sombra de los árboles se proyecta en el muro blanco al atardecer!”.

Mi padre es actor. De él heredé la pasión por la transhumancia, el llamado de la aventura y la sed de otredad. La tinta es mi propia sangre; ese río vivo del cual nacen la lengua y las historias.

Sabes que vienes a Perú a presentar el libro “Julio Ramón Ribeyro: una ilusión tentada por el fracaso. ¿De qué manera descubriste a Ribeyro?

Presentaré mi libro el jueves 6 de diciembre a las 7 p.m. en el Instituto Raúl Porras Berrenechea gracias a la amable atención del Emb. Harry Belevan y la Sra. Rocio Hilario, y el día lunes 10 de diciembre a las 7 p.m. en el Centro Cultural Inca Garcilaso, gracias a la amable atención del Sr. Alejandro Neyra y la Sra. Susan Liliana Salguedo Montalvo. En ambas oportunidades contaré con el generoso acompañamiento del escritor, periodista y profesor Alonso Rabí Do Carmo.

Recuerdo que en una de las clases de literatura que recibí de parte de mi profesor Luis Fernando Afanador nos leyó en voz alta la Prosa apátrida 141 en la cual Julio Ramón Ribeyro pasa una noche atroz en el hospital con el cuerpo atravesado por tubos y sondas y sintiéndose como un niño en “el silencio nocturno”. Me conmovió que él resiste gracias a la fuerza redentora de la visión imaginada de “una hoja verde recortada contra el cielo”. Al otro día lo llevan al claustro en camilla y “ve los árboles implacablemente pelados, pero en la rama de uno de ellos había brotado una hoja. Pequeñísima, translúcida, recortada contra el cielo, milagrosa hoja verde”. Ese día decidí que escribiría mi primer libro sobre Julio Ramón Ribeyro porque él “es un cristal a través del cual pasa intacta la vida”.

¿Se podría decir que Ribeyro es tu escritor de cabecera?

Es mi maestro y siempre me acompaña. Sus imágenes perduran en mí y mi libro de ensayos ribeyrianos es también como una larga carta al ser amado.

Leer a Julio Ramón Ribeyro es para mí una inmersión en una prosa cristalina que toca la desgarradura de la condición humana: las grandes ilusiones que la vida se encarga de convertir en pedazos. Me atrae la naturaleza discreta del escritor, su sencillez, su honestidad.

¿Hay algo en la escritura de Ribeyro que te atraviese? ¿Cómo qué por ejemplo?

La ilusión y el fracaso. Los personajes que levan anclas a pesar de la adversidad y las desventuras de la vida. Me atrae esa prosa concentrada que sobresale como un iceberg y que en su profundidad sugiere sentidos trascendentes. Julio Ramón Ribeyro es un clásico.

Foto: Antonio Yglesias.

En tu libro que vas a presentar, ¿qué sorpresas le espera al lector?

En Colombia es el único libro sobre Julio Ramón Ribeyro escrito por una mujer bogotana. Sin perder de vista el rigor académico ofrece un estudio cercano, poético y entrañable sobre la obra del autor peruano. Busca trazar una ruta de posibles correspondencias entre los diarios íntimos del escritor, el sentido de lo fragmentario en Dichos de Luder y Prosas apátridas y sus cuentos. Hay un especial énfasis en “Por las azoteas”, “Silvio en El Rosedal” y “La casa en la playa”. Es a partir de la vida que se construyen los sueños, pero es también la vida la que se niega a realizarlos.

Mi libro es también una suma de afectos: la minuciosa revisión crítica de mi maestro de literatura Óscar Torres Duque, el acompañamiento de mi editor Alfonso Velasco Rojas, la colaboración de la familia Ribeyro, las fotos de Viki Ospina a quien dedico mi obra, el apoyo de mi familia y la voz de Julio Ramón Ribeyro, que se fue uniendo a la mía. Hubo momentos en los cuales los párrafos me llegaban redondos; como venidos desde muy lejos. Entonces comprendí que más allá de una relación académica lo que hay es un vínculo vital, que trasciende las nociones del tiempo y el espacio.

Recuerdo que mi maestro de literatura Mario Mendoza me regaló esta carta, que después incluí en mi libro y que me permito compartir con ustedes:

Bogotá, octubre y 1999

Galia,

He pasado varios días leyendo y releyendo su trabajo. Estoy verdaderamente sorprendido. Sólo tengo para usted palabras de admiración. Hay en estas páginas una escritura desgarrada y brillante, una exquisita sensibilidad adolorida plena de rigor e inteligencia. Creo que tiene que sentirse muy satisfecha consigo misma. Muy raras veces la literatura cuenta con una persona como usted. No abunda la lucidez sensible.

Creo que como Silvio, y como el propio Ribeyro, al final de este trabajo ha dibujado las cicatrices de su rostro. Muy bien, pues como decía alguien, lo que más nos hiere como hombres es lo que más nos nutre como artistas.

Enhorabuena,

Mario Mendoza

¿Escribes desde la técnica o desde el instinto?

Desde ambas. Parto siempre de mi naturaleza instintiva para cazar las imágenes y la fuerza contenida en las palabras. Reviso muchas veces el manuscrito. Lo leo en voz alta para captar la música del texto y revisar la puntuación, el ritmo, la sonoridad.

¿Estás trabajando algo a futuro?

Un poemario que es el rumor de mi vida. Se llama Variaciones sobre alturas, mares y descensos. En todos los versos aparace el agua; unas veces en forma de nube y otras en imágenes marinas para metaforizar geografías internas de diversos estados del ser.

¿Dónde pueden encontrar los lectores más sobre ti?

En mi segunda obra: El libro álbum. Experiencias de creación y mundos posibles de la lectura en voz alta, que fue publicada por la Pontificia Universidad Javeriana en coedición con La Silueta en 2016. El libro recoge mi experiencia estética de la lectura, un estudio del libro álbum como una alianza perfecta entre la imagen y el texto, la pedagogía por proyectos en los talleres de creación de libros álbum, la biblioteca como un lugar para compartir el ritual de la lectura en voz alta y un apartado de libros recomendados.

Finalmente, ¿qué le dirías a los jóvenes que sienten el deseo de empezar a escribir?

Les diría:

La escritura es conexión y comunicación. Escriban con todo el cuerpo. Lean poesía clásica y contemporánea, vean películas con guiones bien estructurados, estudien obras de alta calidad literaria y nutran el oído y el archivo interior de imágenes poderosas. Vivan con el arraigo de lo profundo y el sentido de la belleza. Viajen para conocer otras culturas y conversar con la gente. Sean humildes y sencillos. Perseveren a pesar de todas las adversidades. Porque como dice Julio Ramón Ribeyro:

La obra literaria, la artística, no debe detenerse pase lo que pase. Eso sería una especie de dimisión. El artista debe seguir creando en las condiciones más difíciles y más crueles porque eso es una prueba de salud espiritual, es una prueba de entereza, de entereza moral; es una prueba de confianza y de fe en el futuro, y sobre todo de confianza en que la fuerza de la vida y la razón va a tener que prevalecer sobre las fuerzas de la muerte y la barbarie.

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