Gabriela Olivo de Alba desde hace más de un año es la directora del Fondo de Cultura Económica en Perú. Es artista, narradora, historiadora de arte y diplomática.
Su presencia en Lima se ha hecho sentir mediante el posicionamiento y accionar de los diversos eventos y actividades que el Fondo de Cultura Económica ha desarrollado durante el año.
Su gestión en Lima ha logrado convertir al FCE en uno de los puntos culturales más importantes de nuestra ciudad, gracias a la alta calidad de sus actividades culturales entre literatura, cine, talleres y diversos conversatorios y presentaciones de libros.
Además de posicionar el nombre del FCE participando en las diversas ferias de libros en Lima y provincias. Aquí la entrevista con Lima Gris.
Gabriela, desde tu llegada al FCE Perú se nota un cambio positivo, ya que hay una variada cantidad de actividades y además, el FCE se viene posicionando y participando en eventos en Lima y provincias ¿Tenías planificado esto al llegar al Perú?
Yo no imaginaba el reto que representaba venir al Perú a hacerme cargo del Fondo de Cultura Económica. El FCE para los mexicanos y para muchas personas en diversos países es un referente. No hay profesionista que no hable de un libro, así sea de un breviario o de textos más completos. Venir al Perú sin duda fue un reto, dinamizar un poco aquí no es otra que cosa que tomar el toro por los cuernos. El FCE es una editorial distinta del resto, en primer lugar me atrevería a decir que es la editorial más antigua del continente. Aquí en Perú estamos hablando de 55 años, pero en México estamos hablando de 82 años.
Tomar el toro por los cuernos, ¿Es de alguna forma la actitud de la artista que llevas dentro?
Sí, creo que de alguna manera el venir de las artes escénicas, el estar involucrada con la historia del arte y haber desempeñado cargos diplomáticos, sin duda ayudan. Pero también es cierto que la personalidad de una no se subdivide, yo no puedo decir de tal hora a tal hora soy Gabriela haciendo las locuras que desde mi inquietud creativa puedan hacerse, sino, son vasos comunicantes que uno aprecie que se vayan dando. Yo citaba hace unas semanas cuando acá me tocó participar en una de las mesas del coloquio internacional en el homenaje a Blanca Varela, a mí me tocaba hablar sobre la función de Blanca Varela como directora del FCE en Perú, e inevitablemente a mí lo que me vincula con Blanca cuando pienso en ella, es esta anécdota que además la escuchado narrar a ella misma a través de un video subido en Youtube, en donde relata como en una ocasión al llegar a sus oficinas en Berlín, en la misma oficina que ocupo yo ahora, ella vio a unos chiquitos salir de un terreno baldío que habían estado consumiendo inhalantes toda la noche, y entre ellos una chica apenas un poco mayor de 12 años pero con un embarazo ya muy avanzado, y entre la gente que rodeaba a los niños y que hacían gran barullo estaba una mujer, era la madre o la abuela de uno de los chicos que culpaba a la niña de azuzarlos de llevárselos consigo, por fortuna los demás la detuvieron, porque la mujer estaba muy molesta e iba agredir a la niña. Esto dio pauta para que Blanca escribiera Ternera acosada por tábanos. A lo que quiero llegar con todo esto, es que igual que Blanca durante un episodio que sucede a la mitad o al iniciar un día más de una jornada laboral, hay un elemento que irrumpe, que la descoloca y que la lleva a escribir, lo mismo imagino que a lo mejor en su soledad, en su casa o en la playa, o conversando con amigos próximos como Abelardo Oquendo, le surgían también ideas de lo que podrían ser estás líneas editoriales. Cuando pienso también en lo que a mí me toca hacer aquí, y te soy franca, a veces cuando uno siente cierto desmayo, las condiciones tampoco están dadas para que exista una solvencia o una autonomía total. Sabemos que no hay suficientes consumidores de libros, que los compren, que los adquieran. No quiero decir que la gente no lea, pero ciertamente cuesta más gastar en un libro que irse al cine o pagar lo mismo o más que un libro, pero cuando a veces he sentido cierto quebranto pienso que no hay mal que por bien no venga. Blanca tampoco la tuvo fácil, como no la tuvieron fácil Marga Portal o los gerentes que vinieron después, pero en uno de esos quebrantos, creo que fue en los años ochenta, en el primer periodo de Alan García donde hubo devaluación e inflación, eso permitió que México autorizara que se empezara a publicar localmente, a eso me refiero de que a veces uno ve las cosas muy oscuras, pero en medio de esa cara no positiva de la moneda lo que se tiene que propiciar es encontrar esa coyuntura que habrá otras posibilidades. Reconozco que acá encontrado un equipo que cada vez se integra mejor. Esto no tiene que ver solamente con mi persona, hay un capital simbólico de lo que FCE como institución representa.
Foto: Rosana López Cubas.
Después de más de un año en Lima ¿Cuál es tu visión del circuito literario peruano? ¿Qué sensaciones te ha causado?
Creo que hay una producción grande, más bien a veces pienso que hay más escritores que lectores (risas). Yo digo, Dios mío, si por cada autor que se acerca a decirnos que quiere publicar pudiéramos asegurar cien lectores seguros de cada uno, nos sentiríamos respaldados con una certeza y seguridad. Creo que no tengo suficientes elementos para poder hablar, tú me hablas por un lado del quehacer literario, tendría que por un lado resaltar que FCE no es solamente una editorial que publique literatura, hay algunas colecciones pero tenemos muchísimas otras, por ejemplo La ciencia para todos, que este año cumple 30. Ni siquiera podemos decir el número de colecciones porque siempre van surgiendo otras series en otras filiales que siempre va siendo parte de toda la casa. Hace unos días ocurrió en Miraflores “La noche de librerías”, habíamos tenido ya una primera experiencia bastante exitosa en abril de este año, en este segundo semestre yo pensé que no iba a ver el mismo número de gente porque había sentido menos visible la difusión, y la gran sorpresa es que nuestras dos librerías en Miraflores estuvieron llenas desde la mañana hasta la noche, y no paraba, eran parejas de jóvenes, de ancianos, solitarios, grupos de amigos, entonces, sí hay lectores. Lo que tenemos que buscar es aquella fórmula de encontrar lectores y asegurar su fidelidad.
Con el nuevo boom digital las nuevas generaciones se van alejando más de los libros físicos, pero hay que saber usar las herramientas digitales para difundir y atraer nuevos lectores.
Por supuesto, en México y en nuestra filial de los Estados Unidos ya tienen mucho más avanzado esto, es más, todos los autores que venimos publicando en los últimos años, en el convenio que se hace con ellos se estable no solamente la posibilidad de ser traducidos por otras editoriales, sino también tener los derechos para digitalizar todo. Todo esto es parte de un proceso, no podría hacerse de inmediato, creo que también no es hacer un fetiche del libro, pero cuando uno lee este libro de Mario Montalbetti, obviamente en sus distintas versiones, a veces impresa en papel bond o en la pantalla es diferente. Hasta hace unos días que lo pude tener en mis manos la experiencia fue diferente, porque cada libro se convierte en un objeto único, con el que una establece un diálogo, desde el papelito que metes, sea un boleto o un separador se va estableciendo una vivencia personal que has tenido con el. Habido posibilidades de que el libro desaparezca como objeto, pero no desaparece, y no desaparece simplemente porque es un soporte, igual que ocurre con las películas o los audios, donde los soportes más contemporáneos mucho más vulnerables. Tenemos libros de hace cientos de años y continúan.
Les ha ido muy bien publicando escritoras peruanas como Victoria Guerrero y Karina Pacheco, ¿Cuánto es el tiraje normalmente le FCE en este tipo de publicaciones?
Mira la verdad es que nuestros tirajes generalmente son de mil a veces son más de mil ejemplares, tiene que ver con la demanda o con lo que apueste nuestras filiales y casa matriz. Nos ha sorprendido la edición de La voluntad del molle, de Karina Pacheco. Sobre todo porque es un libro que había sido publicado hace diez años, pero salió y a escasos noventa días ya no tenemos libros, y tenemos el compromiso del Hay Festival donde también están invitados. Ahora también es cierto que habido la posibilidad de que los autores salgan. La obra de Karina ya se ha presentado en Chile, en Madrid en la librería Juan Rulfo con presencia de la autora, y en México en la FIL de Guadalajara. Esto también da otro aliento, y lo más gratificante es que yo asistido salvo el de España, a todas las presentaciones de La voluntad del molle, en Arequipa, Cusco, Lima y a decir verdad la más conmovedora fue la de Santiago de Chile. Bueno apostamos por estás dos autores porque creímos por un lado visibilizar discursos más contemporáneos y venidos de mujeres.
El FCE se ha convertido de alguna forma en un pedacito de México, porque no solo es la promoción del libro, sino que también hay ciclos de cine, presentaciones de libros y diversos talleres, ¿Qué tiene planificado para diciembre y para el 2017?
Tenemos planificado continuar con las proyecciones de cine, proyectamos también una celebración importante que anunciaremos más adelante y el centenario de Elena Garro, una de las escritoras más relevantes de México y también autora del FCE. También seguramente haremos algo sobre Fernando del Paso y sobre todo tratar de apuntalar nuestro programa editorial.