Sagasti ha conformado el gabinete de ministros que lo acompañará hasta las próximas elecciones y, para “sorpresa” de muchos, ha colocado en puestos clave a cinco ex ministros y viceministros de Vizcarra: Pilar Mazzetti en Salud, Javier Palacios en Trabajo, Alejandro Neyra en Cultura, Jaime Gálvez en Minería y Eduardo González en Transportes. El pasado de los demás ministros no es mejor: la mayoría fueron altos funcionarios de los gobiernos represivos, patronales y corruptos de PPK, Humala, García, Toledo y hasta del mismo Alberto Fujimori.
Ciertamente es un gabinete “con mucha experiencia”… en privatizaciones, corruptelas y masacres. Efectivamente es un gabinete “de lujo”… al servicio del lujo capitalista.
Con Mazzetti el Perú alcanzó el triste título del país con la más alta tasa de letalidad del mundo por COVID-19. Este colapso total de la salud pública es el resultado directo de la política privatista que Mazzetti se encargó de sostener, manteniendo en las peores condiciones laborales al personal sanitario, respaldando la represión despiadada de sus luchas que ella misma se encargó de aplicar cuando ocupó también el puesto de Ministra del Interior del gobierno de Alan García.
Con Palacios los trabajadores siguieron siendo despedidos en masa bajo la modalidad de “suspensión perfecta de laborales”, mientras los que conservaron su empleo solo podían romper la cuarentena para ser explotados en las fábricas, bancos y supermercados, arriesgando su salud y su vida. Bajo su Ministerio se promulgó el decreto 127-2020 que otorgará más de 800 millones de soles a las grandes empresas para “incentivarlas” a realizar contratos formales pero temporales, en esencia la misma estafa del programa Reactiva Perú[i].
En el caso de Alejandro Neyra, este sustituyó a Sonia Guillén en la jefatura del Ministerio de Cultura, luego de que se destapara el caso de corrupción vinculado a la contratación ilegal del artista Richard “Swing”. Neyra también ocupó este cargo durante el gobierno del banquero PPK. Eduardo González, por su parte, fue viceministro de Transportes bajo la jefatura de Carlos Estremadoyro, acusado de ser el “tesorero” de Vizcarra[ii]. Asimismo, González no ha rechazado la concesión por 20 años fraguada bajo el gobierno de Merino en beneficio de Telefónica, la transnacional española que le debe millones al fisco.
El actual Ministro de Energía y Minas, Jaime Gálvez, fue nombrado en agosto viceministro de esta cartera solo unas semanas después del asesinato de tres campesinos indígenas de Loreto a manos de la policía de Vizcarra, cuando protestaban contra la empresa canadiense Petrotal[iii], una verdadera masacre al estilo de la ejecutada por García en Bagua. Gálvez también ha sido consultor del imperialista Banco Interamericano de Desarrollo (BID) e incluso fue coordinador del Ministerio de Trabajo durante los últimos años de la dictadura fujimorista.
La nueva Premier, Violeta Bermúdez, no trabajó para Vizcarra, pero sí para la USAID, la famosa fachada para las intervenciones imperialistas yanquis, agencia a la que también sirvió Cecilia Blondet cuando fue Ministra de la Mujer y tenía como viceministra a Bermúdez, durante el gobierno de Toledo. Por su parte, Silvia Loli, actual Ministra de la Mujer, fue viceministra de esta cartera con PPK, bajo el mando de Ana María Choquehuanca, feminista burguesa que se opuso al aumento del salario mínimo de las trabajadoras y trabajadores del país.
En la cartera de Justicia se ha colocado a Eduardo Vega, ex titular de la “Defensoría del Pueblo”, institución creada en la dictadura de Fujimori, y también ex funcionario de la ONU, cueva de los bandidos imperialistas. En Agricultura se ha nombrado a Federico Tenorio, ex director de la organización cristiana CEDEPAS durante la dictadura de Fujimori. En Vivienda se ha puesto a Solange Fernández, ex funcionaria de las municipalidades burguesas de San Borja y San Isidro, y en Educación a Ricardo Cuenca, conocido defensor de la SUNEDU y ex asesor del BID, de la OCDE y también de la USAID. En Turismo, Claudia Cornejo, ex gerente general de la CONFIEP; en el Ministerio del Ambiente, Gabriel Quijandría, ex consultor del BID; y en el MIDIS, Silvana Vargas, ex asesora del Banco Mundial.
Como Canciller se ha nombrado a Elizabeth Astete, antigua embajadora en Suiza, paraíso fiscal de los corruptos, durante el gobierno del suicidado Alan García. Como Ministro de la Producción a José Luis Chicoma, viceministro de esta cartera también con el APRA. Como Ministro de Economía se ha designado a Waldo Mendoza, viceministro de Toledo cuando este firmó el TLC con EEUU, y defensor a ultranza del “capítulo económico” de la Constitución fujimorista.
Como Ministro del Interior se ha colocado a Rubén Vargas, viceministro de PPK cuando este fue responsable de la muerte de tres comuneros que luchaban contra la minería transnacional en Las Bambas y Pataz, de un obrero minero de Quiruvilca durante una huelga, de dos pobladores en las protestas de Huaycán y Cura Mori (Piura), y de dos campesinos durante el Paro Nacional Agrario de enero del 2018[iv].
Finalmente, como Ministra de Defensa se ha nombrado a Nuria Esparch, viceministra de Recursos para la Defensa de agosto del 2006 a noviembre del 2008, durante el gobierno del genocida Alan García, primero bajo el ministerio de Allan Wagner y luego bajo el mando del mismo Ántero Flórez-Aráoz, el tan cuestionado Premier del gobierno “golpista” de Manuel Merino.
Estos son los cuadros de Vizcarra, PPK, Humala, García, Toledo y Fujimori, reciclados por Sagasti para continuar con su política privatista, represiva y criminal, política que en esencia no se diferencia en nada a la de Merino y su gabinete.