Por Edison Mamani
La persona que esté leyendo esta columna, en algún momento de su vida, tal vez, ha sentido nostalgia por los actos antidemocráticos de alguno de estos tres personajes. ¿Son golpistas Fujimori, Vizcarra y Castillo? ¿Somos golpistas los peruanos? ¿Por qué lo negamos y sentimos orgullo al mismo tiempo? ¿Por qué lo justificamos y padecemos vergüenza a la vez? ¿Es malo patear el tablero o es malo negarlo o no condenarlo? ¿Hay logros que no se hubiesen conseguido sin un golpe?
El 5 de abril de 1992, Fujimori cerró el Congreso. El 30 de setiembre de 2019, Vizcarra también cerró el Congreso. El 7 de diciembre de 2022, Castillo intentó cerrar el Congreso.
Fujimori y Vizcarra respaldaron el modelo económico, mientras Castillo intentó hacer algunos cambios. La derecha celebró lo primero, el sector progresista aplaudió lo segundo, y la izquierda estuvo a la expectativa de lo tercero.
Fujimori y Castillo fueron elegidos por el voto popular, mientras que Vizcarra fue producto de la inestabilidad política y la presión mediática. Los tres fueron populistas, en mayor o en menor medida, en algún momento de su Gobierno.
Fujimori y Castillo, tuvieron gran respaldo de los sectores más pobres, aunque el primero, paradójicamente, también de la clase más pudiente. Vizcarra tuvo apoyo, fundamentalmente de la clase media, aunque los de arriba no mostraron su rechazo expresamente.
Fujimori tuvo el apoyo de los medios, aunque después del golpe, incluso se afirma que “habría comprado a la mayoría de los grandes medios”. Vizcarra tuvo el apoyo de los medios, antes y después del golpe. Castillo siempre fue cuestionado por los grandes medios, antes y después del intento del golpe.
Lo de Fujimori fue aparentemente sorpresivo pero consentido por el statu quo, escenario estratégicamente esperado. Lo de Vizcarra no fue tan sorpresivo, al contrario, fue azuzado por algunos medios, y luego consentido por el statu quo, escenario también esperado. Lo de Castillo fue sorpresivo y rechazado totalmente por el statu quo, escenario que no fue para nada esperado.
Fujimori falleció, pero libre y en su domicilio. Vizcarra está haciendo campaña a pesar de estar inhabilitado. Castillo está en la cárcel.
Fujimori, luego del golpe, tuvo un Congreso a su medida. Vizcarra, no, al contrario, fue vacado. Castillo perdió a su bancada. Lo primero fue por la supuesta obstaculización del Congreso. Lo segundo también. Lo tercero, hasta ahora no se sabe.
Lo de Fujimori fue por algún tiempo negado, luego admitido pero justificado. Lo de Vizcarra, hasta ahora es negado por el sector progresista. Lo de Castillo, hasta ahora está en proceso de comprensión.
