La incapacidad de gestión de un gobernante de turno siempre genera frustración; pero lo que genera más frustración y rechazo es la falta de empatía y el desprecio que tiene hacia la población el encargado de Palacio, Francisco Sagasti.
Hace dos días, el encargado del gobierno mencionó: “Desde el punto de vista de equidad y desde el punto de vista de no discriminación, lo que tiene que hacerse es un padrón universal, esa es la filosofía en general”.
Usted habla de equidad y de no discriminación; pero guarda silencio, cuando todo el Perú entero ya sabe que sus ministras y sus viceministros fueron vacunados secreta e ilegalmente contra la Covid, mientras el resto de peruanos seguía muriendo.
Usted habla de equidad, mientras que en su despacho presidencial solamente en el mes de enero gastaron S/26,479 soles en papel higiénico, S/23, 347 soles en embutidos y S/23,287 soles en carnes. Así funciona, el doble rasero de su encargatura transitoria, que cree que el patrimonio nacional es para su servicio personal.
Así creció usted, con privilegios; por eso “no le tiembla la mano para golpear”, porque a usted le hicieron pensar que el mundo solo gira a su alrededor; pero como para despistar al enemigo, le concientizaron la embustera ideología de la “inclusión”. Está demás decir, que la inclusión, como una variable en una sociedad que se precie de civilizada, es una de las más relevantes, entre otras variables; no obstante, lo que predica usted y su cofradía de mamadores del Estado es una burda verborrea que pretende ganar a más incautos.
Pero usted señor Sagasti, vive ensimismado en su burbuja ideológica, que cada vez que se mira al espejo, le dice: “… Tú eres el elegido y todos tendrán que asentir ante tu sabiduría… porque eres un hombre de ciencia…”, mientras, en el mundo real del resto de regiones del país, los hospitales siguen colapsados, sin camas UCI, sin plantas de oxígeno, y peor aún, sin vacunas.
Usted es un “falso visionario” que sin ninguna vergüenza continúa imperturbable sin tomar decisiones importantes para salvar a sus administrados, porque como ya mencioné, su reaccionaria ideología reduccionista le ordena a su inconsciente pensar en el confort propio y en la destrucción de los demás. Así como salvó su pellejo cuando usted fue rehén en la residencia de la embajada de Japón en diciembre de 1996 y saltó de felicidad cuando lo liberaron a los 3 días, y el resto de rehenes que se “joda” y como agradecimiento usted se hincó ante su captor, el terrorista del MRTA, Néstor Cerpa Cartolini y le pidió un autógrafo que usted hasta nuestros días lo atesora.
Aquí un fragmento de las líneas que escribió Francisco Sagasti cuando fue rehén del MRTA:
“7:15 p.m.: Últimos momentos.
Se termina, por fin, de pasar lista. Ya se tienen los nombres definitivos de los que vamos a ser liberados. Uno de los becarios dice que hemos tenido un “tour de turismo de aventura, por cuatro días con todo pagado, programa de reducción de peso, y de remate con estadía en territorio japonés.” Serpa está parado al lado de la escalera, conversando con nosotros y sonriendo. Aprovecho para pedirle su autógrafo en mi “diploma de rehén” que tiene como título la operación del MRTA.
La dedicatoria de Serpa es: “Para el Sr. Sagasti, Con todo Respeto,” y la del ‘Arabe’ es: “Para el Sr. Sagasti, con el respeto de siempre.”
Salimos al jardín de la residencia. Levanto el brazo con mi diploma frente a las cámaras. Quiero estar seguro que me vean mi esposa, mis hijos y mi familia. Llamé a mi familia desde el carro en un celular prestado para decirles que había salido de la residencia del embajador de Japón.
Sólo entonces me di cuenta de que estaba libre”.
Algunos simpatizantes suyos señor Sagasti, afirman que lo que hizo durante su breve secuestro en la residencia de la embajada nipona, fue lo que hubiera hecho cualquier experimentado estratega para salvar su vida (eso deja entrever el gran terreno que sigue ganando la premisa: sálvese quien pueda).
Pero, volviendo al perro del hortelano, que no quiere que ni los ricos ni los pobres se vacunen, déjeme decirle, que el pez por la boca muere. Y en sus frases textuales, simplemente comprobamos lo que es usted señor Sagasti:
“Lo que no queremos es que el que tiene plata se vacune y el que no la tiene no se vacune, eso es lo que no queremos”.
Exclamado de esa manera, usted nos da una clara muestra de su ideología comunista que obstruye y retrasa cualquier gestión privada, con el único propósito de enquistar su abominable burocratización morada que hasta estos momentos continúa enviando al Perú al despeñadero y no solamente, con respecto al deplorable manejo de la emergencia sanitaria y macroeconómico, sino, en temas como seguridad ciudadana y defensa nacional.
Lo que usted pretende señor Sagasti, cuando habla que no quiere intervención privada en las compras de vacunas, es fundamentalmente obstaculizar y evitar que los privados hagan tratos con los laboratorios Pfizer y AstraZeneca, porque ya todo el Perú entero sabe que la “dinastía Vizcarra” con Pilar Mazzetti a la cabeza, hicieron una componenda con el laboratorio chino Sinopharm, e incluso con coimas y dadivas para impulsar la caída de otras negociaciones con el resto de laboratorios.
¡Y vaya que lo lograron! No obstante, lo más inaceptable es la continuación de la consigna que el régimen de Vizcarra le dejó a usted como mandatario morado, que sin variar absolutamente nada, sigue haciendo y cumpliendo a cabalidad las negociaciones con Sinopharm, como si no existieran otros laboratorios.
Aunque, usted sigue mintiendo y todavía osa mencionar que vienen negociando con Johnson & Johnson, por 5 millones de dosis y que ya están teniendo tratos preliminares con el instituto Gamaleya de Rusia para adquirir 10 millones de vacunas y también ha dicho que ya está negociando el segundo tramo de la vacuna de Sinopharm, para 37 millones de dosis adicionales.
Señor Sagasti, Esas declaraciones solamente se las puede creer la prensa oficialista que se rinde a sus pies, pero lo cierto es que no hay nada. No hay contratos firmados, ni nada ¡ya deje de mentir!
La propia premier Violeta Bermúdez lo dijo el 21 de febrero en una entrevista dominical y estuvo aterrada cuando se destapó el escándalo Vacunagate, porque mencionó: “Espero que todo este ruido, que es inevitable que se produzca, no retrase la firma de este contrato, Sobre los 37 millones restantes, teníamos un primer cronograma que nos iban a entregar 2 millones de vacunas en el mes de marzo, pero para eso tenemos que firmar el contrato”.
Una vez más, el pez por la boca muere. Pero como si fuera poco, usted señor Sagasti sigue mintiendo y fantaseando:
“Siendo realistas, en estos cinco meses, realmente con la escasez mundial de vacunas que hay, con el esfuerzo enorme que hemos hecho para lograr conseguir esos 48 millones 241 dosis que hemos hecho hasta el momento”.
Falso, señor Sagasti; usted no ha conseguido nada. Esos 48 millones 24 dosis de vacunas que usted menciona, nunca llegaron al Perú ¿Cómo puede ser tan embustero de comunicar algo que no se ha dado?
Ya no siga diciendo sandeces usted y todo su sequito, que solo ejercen un desgobierno a espaldas del pueblo.
¿Usted habla de equidad? cuando en términos reales, sus ministras y viceministros ya se vacunaron y están inmunizados. ¿Esa es la equidad que usted predica? Aquí la única realidad, es que su encargatura y toda su corte palaciega son los únicos que tienen privilegios, y aun así usted viene a hablar de equidad.
Señor Sagasti, usted le quiere cerrar el caño a los ricos y a los empresarios para que no adquieran vacunas para que ellos puedan finalmente endosarlas a sus trabajadores; y ¿qué cree, que ellos lo van a esperar sentados? Señor Sagasti no sea tan iluso; los empresarios y los ricos del Perú ya se vacunaron; ellos solamente toman un avión y viajan a otros países, se vacunan y punto; pero, de todas maneras, la población es la que siempre saldrá perdiendo.
Y usted sigue en el planeta Marte, e insiste en imponer su ideología que nos sigue matando día a día. ¡Basta ya de ineptitud! y deje de ser el perro del hortelano, ¡qué tal cuajo el de usted! es decir, si el Estado a través de su gobierno no vacuna a nadie, entonces ningún privado, ni nadie vacuna.
¡Qué indolente e incompetente es usted señor Sagasti!
Los ciudadanos que tenemos dignidad, le increpamos en su rostro que usted nunca fue elegido por mandato popular y, por lo tanto, usted no tiene legitimidad para decidir los destinos de este país y no le pedimos que dé un paso al costado, porque sería en vano pedir demasiado, porque sencillamente, usted no tiene un ápice de consecuencia, o sentido común y mucho menos, de honor.