Se lanzan indirectas. Luego de que el presidente de la República, Francisco Sagasti, ofreciera ayer un discurso a los deportistas que representarán a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Tokio, en la que se le escuchó mencionar durante su discurso que “Ningún deportista cuestiona las reglas del deporte o de la competencia después de perder”, en alusión más que evidente a los resultados emitidos por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), donde resultaría ganador Pedro Castillo, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, no demoró en responder realizando otra metáfora.
“Ningún deportista cuestiona las reglas del deporte o de la competencia después de perder. Nos enseña el deporte a ganar y también nos enseña a perder. A ganar con humildad y a perder con hidalguía, nos enseña a ganar con orgullo y a perder sin rencor, y esa es una lección que todos los peruanos debemos aprender y tener presente”, indicó el jefe del Estado.
A lo que en su oportunidad, Keiko Sofía contestara con lo siguiente: [Francisco Sagasti] ha dicho hoy (ayer), hablando deportivamente, que debemos de ‘asumir los resultados, que se debe ganar con humildad y perder con hidalguía’, yo le voy a contestar de manera deportiva y es que cuando hay dudas en un campeonato, el árbitro va al VAR, revisa y da una decisión”.
Esto debido al rechazo por parte del jefe de estado de solicitar una auditoría internacional para revisar los resultados de la segunda vuelta electoral.
“Él [Francisco Sagasti], tranquilamente, en un rol que pudo ser de árbitro, pudo pedir una auditoría, pero lamentablemente, en vez de hacer el rol de árbitro, decidió ponerse la camiseta de Perú Libre y eso es muy lamentable”, manifestó en un discurso ante sus simpatizantes en Villa María del Triunfo.
En esa línea, Fujimori Higuchi consideró que el mandatario “decidió ponerse la camiseta de Perú Libre” al no aceptar su pedido para que solicite una auditoría internacional a la segunda vuelta electoral.
Días antes, Keiko Fujimori no dudó en calificar, a través de sus redes sociales, de “presidente por accidente” a Francisco Sagasti luego de no haberlo recibido en Palacio.