Cultura

Francia, la Copa del Mundo y la implantación colonial

El fútbol es el espacio de los encuentros y desencuentros, de los dominados y dominadores, del placer y del dolor, de la benevolencia y de la más terrible venganza. El fútbol es como la poesía, un hermoso centauro que une la facultad pensante y racional con lo sensitivo y energizante (Ezra Pound, dixit).

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El fútbol va mucho más allá de un grupo de personas que corre tras una pelota. En él también hay una evocación al pasado y una reivindicación social y colectiva. Ver a Maradona metiéndole dos goles a Inglaterra en una Copa del Mundo, cuatro años después de la guerra de las Malvinas, no solo te hace disfrutar, sino que te ayuda a reflexionar en la importancia que tiene el fútbol en el imaginario colectivo, en la acumulación de recuerdos alegres y dolorosos que forman parte de la vida misma.  

El fútbol es cultura. Entendamos por esta al conjunto de ideas, tradiciones, realizaciones y características de un pueblo, que constituyen el progreso de las conductas humanas en los distintos campos. Uno de estos es el del deporte, en este caso el fútbol, considerado como una manifestación cultural, pues constituye uno de los tantos mecanismos que permiten la socialización de las personas. En este campo no solo el desarrollo de la actividad física es determinante, sino también la forma que tienen los integrantes de un equipo en establecer una idiosincrasia de juego y de identidad, a ello se le suma el conjunto de saberes tácticos que emplean, un modelo de conductas que debería guiarse por los valores y lo ético (digo debería porque en muchas ocasiones no es así, ya que la picardía y la viveza muchas veces tienen una mayor trascendencia). En el fútbol, el sujeto individual se construye en relación con los demás sujetos, hasta alcanzar la unidad colectiva.

Ya Jorge Valdano, campeón mundial con Argentina, menciona que en el fútbol podemos encontrar dos rituales: “el de identidad y el de la imaginación del mundo”. La razón y la fantasía. La lógica y el azar. El talento y la constancia. La justicia y la injusticia. Esto es lo hermoso del fútbol, porque a pesar de que sea una construcción social histórica, los resultados, en algunas ocasiones, van a estar condicionados por situaciones fortuitas.

He colocado el campo del deporte (el del fútbol para ser más exactos) en el plano de lo cultural. Es preciso señalar que toda sociedad gira en torno a tres ejes esenciales: lo político, lo económico y lo cultural, por lo tanto, el fútbol va a adquirir una función importante en la relación que tenga con los dos ejes ya mencionados. Referente a lo económico, somos testigos de cuánto millones de dinero se mueve en el mundo del fútbol en la actualidad, lo cual en algunos casos le da un rasgo de superficialidad y termina desgastando el talento de un futbolista.

Gianni Infantino, Presidente de la FIFA.

Respecto a lo político es un tema muy significativo e interesante, pues el fútbol no solo se debe delimitar al resultado final de un partido o a una copa levantada, sino que se debe tener en consideración los distintos elementos o fenómenos sociales productos de los intereses de poder que una nación puede tener.

En este caso lo que vamos a desarrollar será el del colonialismo como factor determinante en la obtención de la Copa Mundial por Francia en el 2018, pues la inmigración y el pasado colonial hicieron de ese país una muestra de diversidad étnica en la que sobresale grandemente lo africano. La subordinación de la raza blanca en la selección francesa captó mucho la atención de los hinchas y de los periodistas. 

Para poder consolidar este planteamiento vamos a describir cierto recorrido histórico sobre el colonialismo en África, para finalmente mencionar el número considerable de futbolistas franceses que tienen un origen africano. Ryszard Kapuściński menciona que el Siglo XX ha sido extremadamente fascinante y desastroso, la enmarcan la Primera y Segunda guerras mundiales, las dictaduras, los regímenes totalitarios, el fascismo y la colonización y descolonización del continente africana. Sobre esto último agrega que el conflicto social y racial es una de las heridas más grandes de África.

Sobre la colonialidad del poder, en el contexto que estamos situándonos, se puede mencionar que la noción de la raza instaura la hegemonía del blanco europeo y la marginación de aquellos que no lo son. Asimismo, la condición colonial va a denigrar y negar la identidad del colonizado, esto se efectuará desde distintas perspectivas: el lenguaje, la religión, etc.

El recorrido histórico del continente africano no puede llegar a comprenderse en su totalidad sin analizar el periodo de dominación colonial europea. La distinta cosmovisión de la realidad, las dinámicas sociales que van a imponer las potencias europeas van a marcar y tergiversar la idiosincrasia de África.

Los estudiosos Cooper y Burbank, en su libro “Imperios, una nueva visión de la historia universal”, señalan que el proceso colonizador hacia el continente africano se dio mediante los desarrollos tecnológicos que sirvieron como elementos de dominación (barco de vapor, el telégrafo, la ametralladora, etc.). También afirman que el motivo principal de las potencias europeas en colonizar África fue alcanzar el poder imperial dentro de la propia Europa. Respecto a lo primero, coindice con Fanon “la esclavitud de África se desarrolla mediante el florecimiento del capitalismo europeo”.

En el siglo XIX, Francia, Alemania y Gran Bretaña entraron en competencia para ver quien se consolidaba al convertir su estado nación en imperio. Algunos historiadores coinciden en que Francia buscó colonizar el continente africano por el simple hecho de solo competir con Gran Bretaña. En 1844 fundó el Gran Bassam , ciudad de Costa de Marfil (fue la capital de la colonia francesa), Abisinia o Etiopía, situado en el Cuerno de África, y Gabón, situado en la costa oeste de África central. Así fueron buscando aglomerar más territorios africanos a su dominación: Congo, Costa de Marfil, Argelia, Túnez, etc.). En el siglo XX organizará dos grandes federaciones: África francesa del Oeste y África ecuatorial francesa. Tuvieron entre sus colonias a Mauriania, Senegal, Sudán, Costa de Marfil,Guinea, Nigeria, Congo, Gabón, entre otros.

Caricatura francesa de Bismarck. Conferencia sobre el Congo en 1884 .

Pero el proceso de colonización no fue pasiva, sino que también hubo casos de resistencia y lucha armada por parte de los africanos. Para ello colocaré dos citas de Ryszard Kapuściński:

  • “Argelia es el país donde la lucha fue más enconada y larga, pero también en otros muchos lugares fueron necesarias guerras sangrientas”.
  • “El conflicto social y racial fue profundísimo, y es una de las heridas más grandes de África”.

La segunda mitad del siglo XX estuvo determinada por el proceso de descolonización. En 1960 diecisiete países africanos, en su gran mayoría excolonias francesas, obtuvieron la libertad. Este conflicto de dominación entre Francia y algunos países africanos permitió que se desarrolle un tipo de colonia llamado “Implantación”, ya que existe una penetración cultural y étnica, pero sin homogeneizar el tejido cultural y social (nuestro país pasó por lo mismo a manos de los españoles), alcanzando una mezcla racial. Este tipo de colonia se diferencia de la de “trasplantación” (aniquilación e imposición de lo homogéneo) y de la de “superposición” (no existe una penetración cultural intensa)

Ahora, volviendo al fútbol, a sabiendas de todo lo expuesto anteriormente, podemos afirmar que tanto el proceso de dominación colonial y la fusión racial entre Francia y algunos países africanos permitió que aquel desarrolle una capacidad futbolística más completa, lo cual hizo que consiguiese su segunda copa mundial. Hay que tener en cuenta que la primera la consiguió de local, algo que quizás le resta un poco de mérito a la segunda copa ganada en tierras rusas. La pregunta que cabe formularse sería por qué los franceses no consiguieron mucho antes una plenitud futbolística debido a la colonización. La respuesta sería que quizás los prejuicios europeos no permitieron una identidad heterogénea de razas, ya que consideraban a la africana como “inferior”.

Vamos haciendo una diferencia entre las dos selecciones francesas que ganaron la Copa del Mundo.

De los 22 jugadores que formaron parte de la lista de Francia en el Mundial de Fútbol FIFA 1998, solo tres poseen una descendencia africana. Estos son: Zinedine Zidane (de ascendencia argelina), Marcel Desailly (nacido en Ghana) y Vieira (nacido en Senegal). Es importante saber que otros pocos jugadores tienen sus orígenes en las antillas francesas.

Selección francesa 2018.

De los 23 jugadores que formaron parte de la lista de Francia en el Mundial de Fútbol FIFA 2018, organizado en Rusia, solo cuatro tienen padre y madre nacidos en Francia continental. Estos son: Lloris, Pavard, Thauvin y Giroud. Solo dos provienen de ascendencia de las Antillas francesas: Varane y Lemar. Lo trascendental es que 13 jugadores provienen de una descendencia africana, ya sea porque ambos padres son africanos o solamente uno de ellos. Estos son: la estrella juvenil Kylian Mbappé, Pogba, Rami, Dembelé, Fekir, Kanté, Mendy, Matuidi, Nzonzi, Tolisso, Mandanda (nacido en Congo) y Umtiti (nacido en Camerún).  Los demás jugadores que completan la lista tienen su descendencia en otros países europeos y asiáticos.

Es innegable que a la gran exquisitez del manejo de balón que caracterizó al fútbol francés, se sumó la resistencia, el biotipo y la potencia africana, formando una gran selección cuyo mérito sobresaliente es el equilibrio entre estos dos aspectos. Enorme mérito del director técnico y del trabajo de menores que tiene la Federación Francesa de Fútbol.

Podemos concluir entonces que Francia posee una cultura interrelacionada, híbrida y heterogénea, la cual permitió que se potencie futbolísticamente a nivel mundial. Lo curioso es que no puedo dejar de pensar en cuántas copas mundiales habrían ganado los países africanos si no se hubiera dado una implantación colonial en su contexto geográfico. A ello hay que sumarle que la selección francesa no es la única que posee jugadores con descendencia africana, otro claro ejemplo es la selección belga, solo 12 de los 23 jugadores son de padre y madre belgas, ocho son de origen africano, 2 de otros países europeos y uno de América.

El fútbol no solo es diversión, sentimientos y táctica, también es un espacio de confrontación histórica y política. Si Michel Platiní mencionaba que “un equipo de fútbol representa una manera de ser, una cultura”, a ello podríamos añadir que, en algunas ocasiones, una selección de fútbol también representa dominación, intereses y poder. Detalles que van más allá de lo deportivo. 

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