En política no existen casualidades y eso lo debe saber perfectamente la presidenta de la República Dina Boluarte, pues su hermano, Nicanor, estaría realizando negociados fuera de los muros de Palacio, sin ser precisamente un funcionario del Estado, que habrían beneficiado a un alcalde en particular.
Ante esas irregularidades, el equipo especial contra la corrupción del Ministerio Público, liderado por la fiscal Marita Barreto, inició ayer una investigación preliminar contra el hermano de la presidenta Dina Boluarte por presunta colusión agravada y tráfico de influencias.
El hermano mayor de la mandataria está implicado en la pesquisa junto a Nixon Hoyos, alcalde del distrito cajamarquino de Nanchoc, quien lo visitó en su casa del pasaje Daniel Alomia (San Borja) el último 18 de octubre, según un reportaje del programa Cuarto Poder.
Nueve días después, la comuna de esta jurisdicción recibió cerca de 20 millones de soles provenientes de las arcas estatales mediante cinco proyectos de inversión, un monto inferior al que percibieron otros distritos de la provincia de San Miguel, al que Nanchoc pertenece: por ejemplo, a San Bernardino y Chota se les destinó 10 millones de soles, pese a que tienen cinco mil y 151 mil habitantes, respectivamente.
A la cita, que se produjo por los 64 años del hermano de la mandataria, también acudieron Victor Hugo Torres,Edwin Ugarte y los hermanos Antonio yJorge Chingay.
Todos registran contratos con el Estado y están involucrados en la misma investigación fiscal con el destituido prefecto de Cajamarca, Noriel Chingay, el exfiscal Michael Aranda y Héctor Ugarte, proveedor público desde que la ahora gobernante ejerció como ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
El burgomaestre de Nanchoc, captado con un regalo en el encuentro de cumpleaños, admitió que uno de los Chingay fue quien le presentó al hermano de la jefa de Estado.
El caso ha traído a colación el destape de la vivienda de Sarratea (Breña), donde el exmandatario Pedro Castillo, de quien Boluarte fue vicepresidenta, mantuvo citas con empresarios y allegados tras su elección para decidir, presuntamente, las adjudicaciones de obras y designaciones de funcionarios.
De hecho, el mismo equipo especial que ahora investiga a Nicanor siguió los pasos del exmandatario, acusado de liderar, desde el Ejecutivo, una presunta red criminal que involucró a su círculo familiar.