Libertad bajo Palabra / Percy Vilchez Salvatierra

Filosofía, Poesía y un Gato Negro

Lee la columna de Percy Vílchez Salvatierra

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Existe una chanza, muy conocida y anterior a Schrödinger, que expone la supuesta supeditación de la filosofía ante la ciencia ya que, si aquella es estar en un cuarto oscuro buscando un gato negro, esta es encender la luz para ver el lugar exacto donde se ubica el objeto buscado. 

Entonces, atendiendo a las mismas condiciones, podemos preguntarnos ¿qué es o qué puede llegar a ser la Poesía?

La Poesía es estar en un cuarto oscuro buscando un gato negro y obtener de milagro una vista nocturna infrarroja para descubrir que todos los gatos habidos en este mundo no tienen piel, ni color, ni serenidad, ni forma, ni nada que los diferencie del cuerpo imposible que una sombra traza sobre el agua.

La Poesía es estar en un cuarto oscuro buscando un gato negro, atrapar al gato y soltarlo adrede porque el vehículo de la Poesía, es decir, el poeta, generalmente, es tan esnob que sólo para usar una cita de Virgilio fingirá gozar cuando deambula en ese cuarto “obscuri sola sub nocte per umbram”.

La Poesía es estar en un cuarto oscuro buscando un gato negro, hallar el interruptor, encender la luz y encontrar horribles efigies palpitantes reclinadas sobre un borde imaginario en el que se balancean Moby Dick, el gato negro de Poe, una quimera, un pájaro azul ridículo y un fragmento de antimateria que traga todo lo que se le cruza.

La Poesía es estar en un cuarto oscuro buscando el bosón de Higgs, sentir que pasa un gato negro y apresarlo como si fuera una fantasía de la infancia, y darte cuenta que el gato era negro tan solo en apariencia. Este gato, que ahora está adentro del Bosón de Higgs, es como un blues de Nick Cave, triste y azul. Roberto Carlos entra al cuarto oscuro y patea a Nick Cave, pero deja de lado al gato. Finalmente, lo acaricia, enciende la luz y aparece cantando en la cabina de un camión con ambas piernas sanas.

La Poesía es estar en un cuarto oscuro buscando un gato negro sabiendo que el gato no existe ni el cuarto y que lo oscuro son sólo las ansías que el tedio tiende sobre sus propios ojos luego de haber enjoyado nuestro último sueño.

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