Fernando Bogado (Buenos Aires,1984). Es escritor, periodista y docente universitario. Colabora en Página/12, Le Monde Diplomatique y otros medios gráficos y online. Actualmente se encuentra en Lima, es uno de los invitados internacionales de la Feria del Libro ANTIFIL que se realiza en la Asociación Guadalupana.
Lima Gris conversó con Bogado sobre las ferias del libro alternativas que se están realizando en países de latinoamérica, la producción de las editoriales independientes y los nuevos medios digitales para la poesía. Además de Roberto Arlt y Borges, su participación en la ANTIFIL, y finaliza con una interesante recomendación de libros sobre literatura argentina.
¿Por qué crees que surgen este tipo de iniciativas como la ANTIFIL en varios países de Latinoamérica?
Creo que más que nada la aparición de este tipo de eventos está fuertemente vinculado con la producción de nuevas editoriales, que son consideradas relativamente independientes y que necesitan un espacio de circulación, en ese espacio de circulación está precisamente esta idea que me parece a mí fuerte, que es no disputar un mercado sino en realidad crear un mercado. Como bien vos dijiste en varios lugares de latinoamérica está funcionando bastante bien y Perú ha sido un lugar muy visitado por poetas sino también por proyectos editoriales. La aparición de esta ANTIFIL me parece a mí como una especie de consecuencia esperable de todos estos movimientos que se dan en países hermanos.
En tu participación en la ANTIFIL ha sido interesante escucharte hablar sobre el uso de los nuevos medios para los poetas.
Sí, es esperable siempre que aparece un nuevo medio una discusión en torno a qué pasa con la escritura o con la tradición natural de la literatura en ese sentido, y me parece que hay que destacar que la producción de poesía no cambia inmediatamente de un momento al otro, sino que hay un complejo de diálogo entre lo que en cierto modo es la escritura, quizá más apegada a lo que es el formato libro o lo nuevos modos de escritura habilitados por los nuevos medios. Yo había menciona al filósofo Boris Groys, que trabaja justo en el último libro sobre esta idea de que cómo el arte empieza a funcionar como un flujo material, y la “obra artística” no es esa obra cerrada, capturada, sino que es en realidad un momento de detención del flujo. Por eso la tendencia en lo performatico es de diferentes propuestas artísticas, que va desde la poesía hasta las artes visuales. Todo es efímero en el sentido de que uno tiene que ir a tal lugar y participar en tal evento, y los modos de registro son modos generalmente audiovisuales, que después permiten una fácil circulación en YouTube y demás, o sea que en algún sentido, eso va afectando la producción poética, lo que destacaba era que cierto modo de la brevedad pensado estrictamente en fusión de esta instancia de lo performatico. Pero bueno, como un día y vueltas y como todavía la literatura sigue operando bajo la idea de la autonomía no es algo inmediato, es un diálogo no solo difícil sino que incumbe una serie de complejidades que van naciendo en cada obra en particular.
Lo curioso es que en tiempos digitales prolifera la producción de editoriales independientes en todo Latinoamérica
A mí me parece que es muy interesante ver cómo pese a la circulación en internet y a la proliferación de formatos digitales, se siguen produciendo libros. En ese sentido, me parece muy interesante porque la historia del libro no está clausurada, la historia del libro le queda todavía bastantes años por delante, y sigue siendo un aparato de legitimación de la producción cultural, o sea, una cosa es hacer poesía y ser grabado y otra cosa es sacar un libro. Debe ser porque todavía vivimos bajo la sombra de ese fetiche del libro. No sé cuánto tiempo va durar, pero sí sé que no va terminar mañana. Justamente en la conversación surgió el caso de lo que está pasando con las producciones de grandes medios como los diarios, medios que están reduciendo la circulación del papel. Creo que ese es un problema que afecta específicamente al formato diario.
El diario El País, que es uno de los grandes medios en español, ya anunció su cierre en formato físico
Claro, aparte es algo que se venía diciendo hace algunos años, yo recuerdo un montón de películas, y claro la típica película norteamericana que tienes un personaje periodista que siempre tiene una charla con el editor, y el editor le dice: En lugar de quejarte por la nota que te estoy recortando, anda y abre un blog que vas a tener más éxito. Creo que fue en la película “Jamás besada”. Yo creo que son transformaciones que incumben específicamente hacia medios, pero en la producción de literatura, sobre todo en la producción de poesía, la circulación del formato libro subsiste bajo la misma lógica de hace bastante tiempo. Siempre escucho que dicen que no hay poetas que saquen libros por grandes editoriales o que tengan gran tiraje, y la respuesta es nunca en la historia de la humanidad ningún poeta sacó una gran tiraje de poesía. Ya que estamos hablando de poesía y no de una novela. La poesía siempre fue como una especie de contrapunto con la producción del mercado. Hay un poeta argentino que se llama Guillermo Boido, que tiene un poema muy bueno que dice: La poesía no se vende, porque la poesía no se vende. Esa refracción del discurso poético ha sido persistente a lo largo de toda la historia de la literatura. Entonces, siempre nos vamos a encontrar con obras pagadas por el propio autor, circulación relativamente marginal, tiraje de trecientos ejemplares.
Fernando Bogado en la ANTIFIL.
La poesía no se vende, entonces la gente se pregunta ¿el poeta no es un individuo profesional?
Allí hay un tema, yo casi te diría que sí, pero en el siguiente sentido, me parece que el poeta que quiere vivir de lo que escribe y demás, a mi juicio está pensando en un sentido equivocado, yo no creo en esta especie de obligatoriedad que uno tenga que vivir de la poesía, si te tocó, bienvenido sea, pero si uno revisa los poetas tienen otro tipo de trabajos, y ahí si me pongo en una especie de posición un poco beligerante, porque me parece a mí que por ejemplo en la cuestión educativa, de tal o cual profesional en los ámbitos académicos, son formas efectivas de ganarse un sueldo, y al mismo tiempo ir con el fetiche de decir: soy un escritor maldito porque mi poesía no vende. Eso me parece una estupidez. No esperes que la poesía te de plata. Hay un profesor de la facultad Daniel Lin, que decía: si un escritor quiere vivir de lo que vive que se vaya a trabajar.
Sinceramente, ¿qué se conoce de la literatura peruana en Argentina?
Yo tengo presente algunos escritores, es inevitable no mencionar a los clásicos, hasta me atrevería a decir que no hay escritor argentino que no esté siempre bajo la sombra de César Vallejo. De la producción reciente a mí me interesa muchísimo lo que hizo Jeremías Gamboa, y te voy a decir por qué, precisamente es por ese conflicto histórico que existe en la literatura peruana que es entre lo andino y lo metropolitano, como si fuera una especie de condición rígida y estática, y aparecen estas figuras que atraviesan los dos mundos, o sea, un tipo que viene claramente de la cultura andina, y que está escribiendo en un formato muy parecido a lo metropolitano, muy vargasllosiano, como medido, estructurado, concreto, muy atravesado por la lectura de la literatura europea, esa cosa que no es tan arguediana de lo andino, sin embargo, me parece que la novela Contarlo todo, también marca cierto rumbo de lo que en algún sentido se puede conocer de la literatura peruana, desde un lugar que no sea Perú, y por eso vengo especialmente a la ANTIFIL a conocer esas obras que no están llegando a la Argentina.
Curiosamente en Perú llamó la atención primero esa maquinaria de publicidad, pero al encontrarse con la obra tanto críticos como el público en general, el libro Contarlo todo resultó una decepción total.
Así, bueno en Argentina no tanto, el libro se recibió muy bien, tuvo bastante prensa, tuvo buena circulación. Yo lo entrevisté a Gamboa cuando fue a la Argentina a presentar el libro, y me decía que hubo una gran movida de prensa inédita y que él mismo estaba sorprendido por la cuestión. Esas son también medidas que son ajenas al escritor, que tiene que ver con el hecho que alguien dijo: vamos con todo con esta obra. Yo no sé hasta qué punto hay una especie de incidencia del escritor en ese sentido.
¿En qué vereda te posicionas, en la de Roberto Arlt o Borges?
En la de Borges, yo creo que es una especie de típica contradicción de un muchacho de clase media baja, que se formó en la universidad de Buenos Aires, que es esta cosa de venir de un margen, y aspirar a las grandes formas literarias. Borges siempre es una lectura que a mí me sigue sorprendiendo, y que incluso lo utilizo mucho en términos académicos, pero cuando uno lee algunas cosas de Arlt digo: es imposible de que no me conmueva el prólogo de Los Lanzallamas. Yo creo que ahí está la clave de la posición que yo ocupo biográficamente en la literatura. “El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo”, con esa frase vas por todo, y Borges no lo dijo, Borges venia de un buen lugar, con biblioteca, encumbrado, con un manejo de la lengua que era totalmente diferente, Arlt era un hijo de emigrantes, marginal, que escribía siempre al lado de las usinas del diario, bueno, siempre leo más a Borges, pero el que te llega más al corazón en ese sentido es Arlt.
Cuéntanos sobre tu participación en la ANTIFIL
Participé recién de una mesa de exposición sobre Qué hay de nuevo en la poesía latinoamericana, que es un poco sobre una serie de lecturas que estoy haciendo alrededor de la producción estrictamente argentina siglo XXI, pero siempre mirando horizontalmente de lo que pasa en todo Latinoamérica. Después el día sábado a las 7 de la tarde, voy estar en el auditorio en una lectura con otros poetas invitados de otras partes del mundo, y que por suerte estamos todos reunidos en la ANTIFIL, para dar no solo nuestra producción poética, sino también para conocer qué es lo que está pasando aquí en Lima.
Recomiéndanos algunos libros
Yo voy a ser bastante tajante en el sentido de que si tengo que hablar de un poeta argentino contemporáneo para leer, mencionaré a Vicente Federico Luy, un poeta cordobés, falleció en el 2012, pero me parece que tiene una obra que marcó toda la producción poética contemporánea, después, de libros de poetas nuevos argentinos me gustó mucho Doliente de Patricia González López, Oh mitocondria de Rita González Hesaynes, Muta de Gabriela Clara Pignataro, y Con una remera de Sonyc Youth de Malén Denis. Circunstancialmente son todas mujeres, me parece muy interesante eso, hay mucha producción escrita por mujeres que está muy bueno. Después novelas que he leído hace poco que me parece muy buena es La familia de Gustavo Ferreyra, una excelente novela. Tengo un par más todavía que tengo por leer, pero con eso igual doy un panorama.