Opinión

Feria del Libro improvisada en San Juan de Lurigancho

Lee la columna de Edwin Cavello

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La reciente inauguración de la Feria del Libro de San Juan de Lurigancho (SJL) ha puesto en evidencia la lamentable falta de organización y planificación en uno de los distritos más poblados de Lima. Bajo la gestión del alcalde Jesús Maldonado y la supervisión de un equipo encabezado por el Gerente de Desarrollo Humano, Alex Alejandro Vargas, el evento, que pretendía ser un hito cultural, terminó siendo una muestra más de la improvisación y el mal manejo de recursos públicos.

La jornada inaugural estuvo marcada por un hecho desconcertante: la ausencia de energía eléctrica para los stands, lo que impidió que por la noche las obras literarias no pudieran ser expuestas adecuadamente. No solo la infraestructura dejó mucho que desear, sino que la feria carecía de una agenda de actividades mínimamente estructurada, lo que generó desconcierto entre los pocos asistentes.

Es preciso señalar que este fiasco no es un caso aislado en la carrera de Alex Alejandro Vargas, quien ya mostró sus carencias en la gestión cultural durante su paso por la Municipalidad de Lima con la triste organización de la Feria del Libro Lima Lee. Organizar una feria del libro es un evento que requiere una planificación minuciosa y un enfoque estratégico.

Más allá de las fallas logísticas, lo que resulta más alarmante es la falta de sentido de lo que se espera de una feria del libro en pleno siglo XXI. En lugar de ofrecer a los vecinos de SJL una muestra variada de literatura, los stands son ocupados por ropa, chucherías y productos ajenos al propósito original de la feria. En una entrevista en Lima Gris, hace semanas Alex Alejandro Vargas mencionó: “San Juan de Lurigancho tendrá una feria del libro emblemática”. Lamentablemente, lo emblemático fue reemplazado por lo mediocre.

La ausencia de un plan de comunicación eficaz también fue evidente. El evento prácticamente pasa desapercibido para la mayoría de los habitantes de SJL. En cuanto al gasto público involucrado, es imposible no cuestionar la eficiencia de los recursos destinados a esta feria. ¿Cómo justificar un evento que va camino al fracaso? Los vecinos de SJL merecen más que una feria improvisada.

El alcalde Jesús Maldonado debe entender que la cultura no debe ser tratada como un evento superficial. SJL merece un evento que, en lugar de ser una simulación, fomente realmente el hábito de la lectura.

(Columna publicada en Diario UNO)

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