Acaba de fallecer Augusto Higa, gran escritor peruano que supo retratar el mundo urbano limeño y los dramas que vienen con la soledad y la reflexión. Autor de clásicos como «Que te coma el tigre», «La casa de Albaceleste», «Final del Porvenir», «Japón no da dos oportunidades» y «La iluminación de Katzuo Nakamatsu».
Quienes lo conocimos y disfrutamos de su amistad no podemos dejar de reconocer en él esa seriedad que, de pronto, buscaba la sonrisa. Alguna vez viajamos juntos a una presentación de libros en Huamanga, junto con otros amigos escritores entre los que estaban Carlos Calderón Fajardo y Patricia De Souza, quienes ya no están con nosotros. Profunda pena, la verdad, profunda pena. Descanse en paz, maestro. Que la tierra le sea leve. Lo vamos a extrañar.
En el 2015, Augusto Higa nos visitó en el programa Fahrenheit 051, que se transmitía por radio Lima Gris. En esa entrevista habló de su infancia, sus padres japoneses y el centro de Lima, lugar donde encontró una mezcla de costumbres (la japonesa con la criolla), la amalgama que nutrió su visión del mundo y su literatura.
Aquí la entrevista para recordar las palabras del maestro Higa.