Barrilete cósmico hasta el cielo. Su salud se fue deteriorando día a día, pero todos, teníamos la esperanza de que su partido más importante lo iba a sortear a punta de quiebre y gambeta, fantasía y caño, como tantas veces lo había hecho en la cancha que le tocaba jugar.
Para muchos el mejor jugador de la historia, el “pelusa” nos abandonó este miércoles cerca al mediodía de Argentina en su casa de San Andrés en la zona de Nordelta, Provincia de Buenos Aires, tras sufrir un paro cardíaco.
Según informa el diario La Nación de Argentina, Maradona sufrió una descompensación y no pudo ser reanimado por los médicos, que llegaron hasta su domicilio hasta en nueve ambulancias.
Cabe recordar que recientemente, el ‘Diez’ había sido operado en su cabeza por un hematoma subdural, pero había sido dado de alta al recuperarse con éxito de la intervención.
El mundo ahora le llora a su ídolo, el que fue campeón del mundo en el 86, el que fue a un equipo en Italia y lo llevó a lo más alto de la competición europea, el que no se achicaba con nadie, el capitán de la selección, el 10 que se atrevió a dibujar a los ingleses aquella vez, el que no se calló cuando abucheaban su himno, el niño de Villa Fiorito, padre, humano, imperfecto, pero tan cercano a nosotros. Duele, y las palabras no salen fácilmente.
Ahora vivirá en el Olimpo junto a Gardel, La negra Sosa, Cerati, o el flaco Spinetta.