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Fahrenheit 051: Balance libresco del 2015

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Como cada diciembre, las listas con lo mejor y lo peor de cada rubro marcan una pauta de lo que se ha venido produciendo a lo largo del año. Los libros no son la excepción, pero en este caso específico, se debe tomar en cuenta algo sumamente importante: los aparatos publicitarios que detrás de cada lanzamiento respaldan a cada libro. Partiendo de esto, con toda seguridad hemos dejado –por desconocimiento, porque no llegaron a vitrinas, porque jamás fueron reseñados o porque, simplemente, Lima sigue siendo el Perú- varios títulos por mencionar.

Personalmente me parece que ha sido un año mucho más activo en cuanto a publicaciones que en años anteriores, más bien tímidos y con poca apuesta literaria; un año además donde eventos como el Hay Festival reunieron a escritores que pensamos nunca escuchar en persona. La FIL estuvo mejor que en ediciones anteriores, aunque no llega a colmar aún las expectativas (con Francia como país invitado de honor, se esperaba más, pero sería mezquino no reconocer que se hizo el esfuerzo). La Feria Ricardo Palma dio la gran sorpresa con invitados que le dieron el nivel que merece tener la feria del libro más antigua del País. Un año entonces, lleno de sorpresas, anécdotas y lecturas interesantes.

El 2015, en Perú, ha sido el año de la novela; pero también el año de la no ficción con títulos sumamente importantes e interesantes. El cuento, un género con larga data y estupendos referentes, ha entregado un puñado de libros que confirman que, felizmente, el género narrativo más difícil, está lejos de sucumbir a las modas editoriales (lo pongo en cursivas porque esta moda lleva más de 25 años en boga y dista mucho de cambiar: al cuento le va a costar muchísimo volver a ocupar el sitial que alguna vez ocupó, y es comprensible entonces que para que a un escritor pueda publicar sus cuentos en alguna gran editorial, debe forzosamente empezar con una buena novela). El año que pasó, además, fue el de la presentación oficial de la casa editorial Penguin Random House en el país. Este hecho es sumamente importante, toda vez que se trata de la corporación editorial más grande del planeta, y cuyo catálogo, por ende, es de los más ricos e interesantes que existe. Pero ha sido también el año de la consolidación de la presencia del Fondo de Cultura Económica, con un cambio radical en su oferta al público y su expansión con nuevos locales y actividades en la ciudad.

Vamos entonces al balance “Fahrenheit 051” con lo más destacado del 2015.

Novela

La distancia que nos separa (Planeta), de Renato Cisneros.

Nuevos juguetes de la guerra fría (Seix Barral), de Juan Manuel Robles.

El último otoño antes de ti (Estruendomudo), de Carlos Enrique Freyre.

Isabella  Nápoles (Calcomanía), de Luiz Carlos Reátegui.

 

Cuento

El arte verdadero y otros cuentos (PEISA), de Jorge Ninapayta de la Rosa.

Todo termina esta noche (PEISA), de Johann Page

Los Buguis (Paracaídas), de Joe Iljimae

Tres mujeres (Animal de invierno), de Susanne Noltenius

 

No ficción

Mitad monjes, mitad soldados (Planeta), de Pedro Salinas, en colaboración con Paola Ugaz.

Los rendidos (IEP), de José Carlos Agüero.

Morar en la superficie (FCE, 2015) de Carlos Germán Belli.

La rebelión de Túpac Amaru (IEP), de Charles Walker.

 

Reediciones

Symbol (Peso Pluma), de Roger Santiváñez.

Historia del Perú Antiguo (PetroPerú) de Luis E. Valcárcel.

Por qué hacen tanto ruido (Intermezzo tropical), de Carmen Ollé.

Escuchando tras la puerta (Animal de invierno), de Harry Belevan.

 

TOP 10: las entrevistas más escuchadas (y compartidas):

Carlos Calderón Fajardo, por vida y obra, semanas antes de su muerte.

Gabriel Ruiz Ortega, por balance literario de medio año.

Álvarez, Iljimae y Arnao, por estado de la crítica y la creación en el Perú.

José Carlos Agüero, por Los rendidos.

Lenin Pantoja y Juan Francisco Ugarte, por estado de la crítica y la creación en el Perú

Pedro Salinas, por Mitad monjes, mitad soldados.

Rodolfo Ybarra, por obra escrita y la situación de la literatura peruana.

Enrique Planas, por Kimokawaii.

Claudia Salazar Jiménez, por La sangre de la aurora.

Alexis Iparraguirre, por Estado y panorama de las letras contemporáneas peruanas.

 

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