Cahuachi, en el Perú, era un centro ceremonial de la cultura Nazca que vivió su época de esplendor entre el año 1 y el 500. Estaba situado en el valle del río Nazca, a 28 km de la ciudad del mismo nombre y, hoy en día, representaría la ciudad de barro más grande del planeta, según el arqueólogo Giuseppe Orefici.
Cahuachi, ciudad perdida en la noche de los tiempos, cuyo nombre significa lugar donde viven los videntes, fue también la capital del poder político y religioso de los gobernantes de la cultura Nazca.
Su paisaje inigualable ha inspirado a muchos artistas y, entre ellos, Salvatore Garau ha sido un protagonista, creando una propuesta artística muy particular que parte de la “imaginabilidad” producida por la morfología y el entorno de este importante sitio arqueológico recién revelado. La manera personal de vivir el arte de Salvatore Garau que refleja una forma de pintar hecha de explosiones de colores y arquitecturas crípticas ruinosas y futuristas, se adapta muy bien a la arquitectura de las ruinas de Cahuachi. Dentro de una pintura no figurativa aplicada por medio de rápidas y anchas pinceladas, las pinturas de Garau comunican una energía desconocida y vibrante que, al mismo tiempo, convive con la meditación y el silencio que podemos experimentar en un lugar como Cahuachi.
En las obras de Salvatore Garau podemos admirar una ejecución según dos puntos de vista: uno distante y elevado, como si hubiera tomado apuntes desde la avioneta, y otro, en el que el punto de vista es el típico de quien descubre el paisaje a pie.
No cabe duda de que esta exposición nos hará participar en un interesante peregrinaje hacia lugares de silencio y ruinas, maravillas que, desafortunadamente, todavía quedan desconocidas por mucha gente y que tendremos la posibilidad de admirar según la concepción pictórica y artística de Salvatore Garau.
SOBRE EL ARTISTA
Salvatore Garau nace en Santa Giusta (Oristano) en 1953. Se diploma en la Academia de Bellas Artes de Florencia en 1974. Tres años después entra en el grupo rock de avanguardia de los Stormy Six. Desde inicios de los años ochenta se dedica a tiempo completo a la búsqueda visual. Su primera individual la realiza en el estudio Cannaviello de Milán, en 1984, a la que seguirán un gran número de muestras, que lo llevarán a algunas de las galerías más conocidas de Europa. Desde este momento se dedica exclusivamente a las artes visuales. Se debe a la intuición de Elena Pontiggia el descubrimiento de Garau, considerado uno de los artistas más prometedores de su generación. En los últimos años ha escrito guiones y realizado cortometrajes. Numerosas son las adquisiciones de sus obras por parte de museos y entes públicos. Obras del artista forman parte de algunas de las colecciones privadas más prestigiosas del mundo.
Lugar: Sala de Exposiciones del Instituto Italiano de Cultura