El tener al paisaje bucólico de Huaraz
como su primera emoción temática, para llegar gradualmente a las actuales
imágenes del inquietante urbanismo cosmopolita que ahora caracteriza a esta
ciudad, terminó haciendo de Aquiles Rondán aquel tipo de cronista que se rehúsa
a desatender el curso social y cultural de su lugar de nacimiento, viéndolo con
ojos emocionados pero a la vez críticos.
Este logro sin embargo no queda ahí,
sino que va a la par de su perfeccionamiento artístico y los dictados de su
propia vivencia. “Reflexiones del paisaje andino-urbano”, dentro
de este importante proceso, representa no solo un momento decisivo como punto
de retorno a sus antecedentes contextuales, sino también a un sinceramiento
estético para plantear un Ande que constituye ya el germen de una nueva idea de
urbe nacional.
Y es que la premisa de su itinerario
de vida se aplica muy bien como alusión y contraste; así lo expresan el paisaje
natural que funciona de algún modo como telón de fondo inicial en la nueva
mirada del artista, y aquella iconografía huaracina de tonalidades etéreas pero
que transparentan muy bien los elementos citadinos de la nueva Huaraz:
edificaciones de fierro y cemento, exceso de letreros publicitarios, multitudes
humanas, vehículos modernos, abundancia de tendido eléctrico, etc. Con tales
elementos, estamos sin duda frente
a uno de los contenidos más novedosos de la acuarela nacional: la versión
integral de nuestro actual contexto urbano-andino.
Sala de exposiciones temporales del Museo de Minerales Andrés del Castillo.
Del 8
al 31 de mayo 2019.
Jr. De la Unión 1030 Lima.