No hay palabras, señores. Esto es el Perú real. No el que nos venden por televisión. No el que imaginan los ministros y las autoridades: Teodocia Méndez había traído a Lima a su pequeño hijo para un tratamiento del estómago cuando la sorprendió la cuarentena y tuvo que quedarse en un cuarto alquilado por todo este tiempo. Y ante el hambre, la falta de dinero y el nulo apoyo de las autoridades, decidió caminar hacia su tierra Huaraz.
En el camino, la gente solidaria la apoyaba cargando al niño convaleciente por tramos y alcanzándole el poco alimento y agua que tenían consigo, hasta que en el trayecto de Tunan-Huaricanga-Chasquitambo, después de mucho dolor y sufrimiento, el pequeño niño de 3 años dejó de respirar en los brazos de su madre.
Los demás caminantes acudieron en el auxilio de Teodosia, pero nada pudieron hacer. Recién en la zona de Chasquitambo, carretera de penetración Huaraz-Pativilca, la Policía Nacional auxilió a la madre de familia conduciéndola hacia el hospital de Barranca donde los médicos certificaron el cadáver del pequeño
En estos momentos, las autoridades provinciales cumpliendo los protocoles de ley, realizan los trámites correspondientes y así trasladar el cuerpo del niño de iniciales M.T.B. a Pomabamba donde se encuentran sus familiares para darle la última despedida.
Este es el verdadero Perú que duele en el alma, señores. El Perú de las enormes desigualdades. El Perú que tiene hambre y no tiene trabajo. El Perú que tiene enfermedades pero no tiene la cura. El Perú que no sale en los noticieros y el que los políticos obvian y ocultan en sus mensajes y peroratas.