Se escucha constantemente en las calles: “Ese corrupto”, “solo le interesa su propio beneficio”, “es un sinvergüenza que solo busca robar”, para referirse a alguna autoridad política, sea esta del Legislativo o del Ejecutivo. Los peruanos y peruanas tienen un punto de vista en común: se encuentran decepcionados de los políticos actuales y así lo expresan en sus comentarios.
La última encuesta realizada por CPI, con datos a julio del año 2023, revela que el 58% de los peruanos se encuentra poco o nada interesado en la política. La cifra aumentó en un 5% de aquella registrada en enero del mismo año, mes en el que diversos sectores de la población se movilizaron en contra del gobierno de Dina Boluarte y el Congreso.
En declaraciones para RPP, el sociólogo José Koechlin, coordinador del Instituto de Ética y Desarrollo (IED) de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), no existe desinterés, sino todo lo contrario: el peruano busca informarse sobre los hechos que ocurren en el país, el problema es otro, u otros, precisa.
“Yo creo que sí hay interés en saber qué es lo que ocurre con nuestro país. Yo más bien pienso que la ciudadanía está cansada de los políticos, no de la política como una actividad humana, digna, al servicio de los demás, sino está cansada de los políticos”, indica Koechlin.
El experto señala que el agotamiento y la decepción de los peruanos sobre las autoridades electas surge a raíz de la revelación de escándalos y cuestionamientos como denuncias de recortes de sueldos, gestiones a cambios de sus propios intereses y no en favor de la ciudadanía, entre otros.
A este escenario se suma el malestar que la ciudadanía sobre la democracia en el Perú, la cual no ha resuelto con cumplir los derechos sociales de las personas, como, por ejemplo, el acceso al agua y saneamiento, la educación, y la salud de calidad; además de proponer medidas para disminuir la pobreza, manifiesta Koechlin.
“Entonces, es un malestar no contra la democracia, sino con los resultados de la democracia, que no (se) concretan (en) la vida misma diaria de las personas (…) Por tanto, la gente ve prescindible la democracia y por eso viene su falta de compromiso o de participación, porque finalmente puede llegar a la conclusión que poco o nada puede sacar de eso”, precisa.
Desapego político
Para el psicólogo social Agustín Espinosa el desapego a la política se acentúa luego de los años 90 y se ha agravado en los últimos años frente a la crisis constante que vive el Perú. Sin embargo, este escenario -considera- no resta la posibilidad de que se generen estrategias de interés o vinculación a la política, pero apuntando hacia la construcción de un país para todos.
“Mientras no se resuelvan los problemas que generan desconfianza, que están anclados en esta visión de legitimidad, que haya justicia procedimental, que todos seamos ciudadanos de pleno derecho e iguales ante la ley, y que haya justicia distributiva (…) mientras no exista eso, la forma de participación más frecuentemente visible será la del desinterés y la del desapego político”, indicó el experto para el citado medio.